(AZprensa) La integración de las personas con discapacidad es
proporcional a su autonomía y su capacidad para desenvolverse en el entorno. Para las personas que pueden caminar sin
dificultad, pasear de la mano de un ser querido es la cosa más normal del
mundo, pero para los que van en silla de ruedas, puede ser algo imposible.
Cualquier
persona que use habitualmente una silla de ruedas, conoce sobradamente los
inconvenientes de desplazarse en ella. No menos importantes son los inconvenientes
que presentan las sillas de ruedas para el confort, la salud y el rendimiento
físico e intelectual de sus usuarios. En las sillas manuales, estos
inconvenientes se derivan por un lado de la escasa ergonomía de la silla, lo
que produce deficiencias posturales, molestias y dolor, y por otro del
desplazamiento de tipo manual, que añade problemas de espalda, patologías en
las extremidades superiores y suele ser causa de agotamiento por sobreesfuerzo
sobretodo en niños y personas mayores. En las sillas eléctricas, los problemas
suelen derivarse de la falta de actividad física: al realizarse todos los
movimientos con sólo mover la palanca de mando, se reduce al mínimo el
ejercicio físico, con lo que el usuario va perdiendo forma física hasta que
queda afectada incluso la capacidad natural de equilibrar el cuerpo al
moverse.
Por ello el nuevo modelo Genny 2.0 que utiliza la tecnología
Smart Motion incorpora dos ruedas
paralelas y un juego de sensores electrónicos, cinco de ellos giroscópicos, que
permiten el avance con solo inclinarse hacia delante, así como lograr que
se reduzca la velocidad y se detenga con solo echar el cuerpo hacia atrás. Por su parte el manillar permite que
el vehículo gire sin que las
manos tengan que hacer operaciones complicadas, dejándolas totalmente libres.
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