domingo, 17 de septiembre de 2023

Dolor crónico y Vitamina D

(AZprensa) Cada vez existe una mayor evidencia sobre los efectos del sistema endocrino de la vitamina D (SEVD) en los pacientes con dolor crónico. Si bien el SEVD es ampliamente conocido por desempeñar funciones fundamentales a nivel del metabolismo óseo, diversas investigaciones han reflejado el gran impacto negativo que la deficiencia de vitamina D podría tener en los pacientes con dolor crónico, por su acción en tejidos como el sistema nervioso central, el sistema endocrino, el sistema inmune, la producción de citoquinas antinflama­torias y la protección frente a enfermedades autoinmunes o inflamatorias, entre otros.
 
En la actualidad, cerca del 26% de la población española sufre dolor crónico. “Los efectos beneficiosos que ha demostrado la vitamina D a nivel del sistema nervioso central (SNC), junto con su potencial antinflamatorio, plantean su importante papel en el abordaje del dolor y esto es clave porque, al contrario que otras enfermedades crónicas, el dolor anula al individuo en todas sus facetas, al reducir al mínimo tanto su calidad de vida, como su vida social, laboral y familiar”, explica el Dr. Luis Miguel Torres Morera, jefe de Servicio de Anestesia-Reanimación y Tratamiento del Dolor, y director de Departamento de Cirugía en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, además de presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR).
 
En el caso de la vitamina D, existe evidencia de su papel en la nocicepción (percepción consciente del dolor), en su posible beneficio en el control del dolor de diversa índole, así como sobre sus propiedades antinflamatorias, que pueden alterar la sensibilidad al dolor periférico. Otros estudios reflejan que tanto presentar deficiencia de 25-hidroxivitamina D (marcador de referencia: vitamina D < 50 nmol/l) como el grado de dicha deficiencia guardan relación con el grado de sensibilidad al dolor. Así, el uso de vitamina D en dolor crónico está avalado por recientes publicaciones donde se demuestra un descenso significativamente mayor del dolor en los grupos con suplementación de vitamina D frente a placebo, tanto en patologías con dolor generalizado no específico como en dolor localizado.
 
En palabras del presidente de SEMDOR: “Los efectos beneficiosos de la vitamina D se han visto en numerosos estudios y en diversos tipos de dolor, como dolor crónico generalizado, dolor de espalda, dolor por artritis reumatoide, dolor de cabeza, migraña, dolor por osteoartritis, otros tipos de dolores musculoesqueléticos o neuropatía diabética periférica, entre otros. Podemos decir, por tanto, que en pacientes con deficiencia de vitamina D podría ser beneficioso normalizar sus niveles en sangre mediante la suplementación, siendo estos beneficios la reducción del dolor y la posible mejora funcional”.
 

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