sábado, 24 de febrero de 2024

Cuando la explicación racional mete la pata

(AZprensa) Cada vez que se encuentra algo que va contra el saber establecido y que de aceptarlo echaría por tierra todo lo que se creía hasta el momento, surgen de inmediato los defensores de lo racional para dar explicaciones lógicas y quitar cualquier atisbo de misterio. Un ejemplo de eso lo tenemos en las “pirámides de la Antártida” y en la metedura de pata del geólogo del Centro Alemán de Investigaciones de Geociencias, Mitch Darcy.
 
Cuando las imágenes de uno de los satélites que orbitan la Tierra nos mostraron estas imágenes, la imaginación popular entró en efervescencia y muchos empezaron a hablar de pirámides construidas por extraterrestres hace muchos miles de años o quizás por una civilización avanzada que habitó la Antártida antes de que esta estuviese cubierta por el hielo.
 
Esta pirámide (o montaña con forma de pirámide) está situada en la cordillera Ellsworth de la Antártida y, aunque está casi toda ella cubierta por el hielo, se estima que tiene una altura de 1.219 metros. Lo que más sorprende no es sólo su forma perfecta de pirámide, sino que sus cuatro caras son iguales, y todo ello parece dar la razón a quienes sugieren la hipótesis de una construcción de habitantes inteligentes de hace miles de años, bien fueran terrícolas o extraterrestres.
 
El profesor de Ciencias terrestres de la Universidad de California, Enric Rignot, dice que montañas con forma de pirámide se encuentran también en otras partes del mundo y son formaciones naturales, aunque reconoce que es muy difícil encontrar alguna como esta que tenga las cuatro caras iguales.
 
Pero como desde fuentes oficiales de todo el mundo se tiende siempre a racionalizar lo misterioso, sobre todo si va en contra del saber establecido, no se cansan de llamarla “montaña pirámide” y de dar a los medios de comunicación titulares como “la verdad sobre la montaña pirámide” para dejar bien claro que sólo es una montaña.
 
Como la Antártida está muy lejos y además es “territorio prohibido”, es decir, está prohibido el acceso a este continente y sólo se admiten en el mismo a reducidos y selectos grupos de militares y científicos, nadie más puede adentrarse como turista curioso en este territorio para ver de cerca tan singular formación.
 
Así las cosas, deberíamos conformarnos con lo que dicen las fuentes oficiales y creer que sólo se trata de una casualidad geológica, pero entonces va el tal Mitch Darcy que señalábamos al principio de este artículo y mete la pata al decir que la zona en que se encuentra posee una gran riqueza geológica y arqueológica. “¿¡Arqueológica?!”
 
¿Cómo que “arqueológica”? El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos dice bien claro que “Arqueología” es la “ciencia que estudia las artes, los monumentos y los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos”. Pero ¿no habíamos quedado en que en la Antártida sólo hay hielo y que nunca estuvo habitada? Si es así, no puede haber ninguna “riqueza arqueológica”. ¿Sabe Mitch Darcy algo que los demás desconocemos? ¿Ha metido la pata o sólo ha sido un lapsus, una incongruencia al expresarse?
 
Pues la verdad es que –sea una cosa u otra- nos hace pensar, y más aún cuando nos fijamos en las fotografías que se han hecho públicas y vemos que esa “montaña pirámide perfecta” tiene junto a ella otra “montañitas pirámides igualmente perfectas” asomando sobre la superficie de la nieve.
 
¿Estamos ante una “meseta de Guiza” en versión antártica? Y si no es así ¿por qué no dan más informaciones al respecto? Lo que está claro es que la obsesión por los desmentidos produce con frecuencia el efecto contrario.
 

Fue una serie de televisión de gran éxito en los ochenta, pero escondía un mensaje subliminal que hasta ahora no había sido descubierto…
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