lunes, 12 de febrero de 2024

Enseñanzas del Evangelio para las Notas de Prensa

(AZprensa) Hoy vamos a hablar de una paradoja que descubrí al comienzo de mi vida profesional como responsable de Comunicación. La descubrí por casualidad y después la utilicé a propósito para conseguir mi objetivo.
 
Se dice en el Evangelio cómo un invitado a un banquete, creyéndose muy importante, fue derecho a sentarse en la presidencia. Cuando el organizador del banquete lo vio, le dijo que aquél no era su sitio (en efecto, era importante pero no tanto como él se creía), así que, ante la vista de todos y el bochorno propio, fue desalojado de ese sitio y colocado en otro lugar. En cambio, otro invitado (que era igual de importante que el anterior pero no hacía ostentación de su importancia) se sentó discretamente en un lugar secundario. Cuando el organizador del banquete lo vio, lo llamó y reclamó la atención de todos para que viesen que ese invitado era querido y apreciado y en consecuencia debía ocupar un lugar de privilegio. Concluía esa parábola con aquello de “los últimos serán los primeros”.
 
Pues esto mismo he comprobado yo con las Notas de Prensa. Eso sí, vaya por delante que, afortunadamente, he tenido la suerte de depender directamente de Presidentes que confiaban en mi capacidad profesional y me dejaron siempre la suficiente libertad y autonomía para hacer mi trabajo con criterio profesional y no a expensas de Marketing. En consecuencia mis Notas de Prensa –unas con mayor acierto que otras- siempre las redacté pensando en el lector y en lo que podría ser de mayor interés para el mismo. A fin de cuentas, el periodista del medio escribe para el lector y supedita cualquier material informativo a aquello que más pueda interesar al lector.
 
Era evidente que, aun siguiendo los más estrictos criterios profesionales, en algunas ocasiones estaba justificado poner el nombre del producto o empresa en el titular, ya que así lo exigía la noticia... y así lo hacía algunas veces.
 
Sin embargo, al cabo de un tiempo me di cuenta de un hecho curioso. Cuando enviaba Notas de Prensa informativas y de calidad, pero con el nombre del producto o empresa en el titular, la mayoría de los medios que la recibían, la publicaban... pero ¡cambiando el titular para que dicho nombre no estuviese en él! Y lo más sorprendente: en aquellas otras Notas de Prensa informativas y de calidad, en las que yo no ponía el nombre del producto o la empresa en el titular, el periodista... ¡también cambiaba el titular, pero ahora al revés, precisamente para ser él quien introdujese en dicho titular el nombre de la empresa o producto!
 
Es decir: cuando yo ponía el nombre del producto o empresa en el titular, los periodistas del medio lo quitaban, y en cambio cuando yo no lo ponía, eran ellos quienes lo incluían personalizando así su propio titular..
 
Por consiguiente pude constatar un hecho: Cuando el periodista recibe una información periodística bien redactada y con interés para el lector, se da cuenta que debe ser publicada pero él se considera en la obligación de darle un toque personal y entonces le cambia el titular (sobre todo para que no haya otros medios que saquen esa misma noticia con el mismo titular). Y cuando ese periodista se decide entonces a cambiar ese titular, lo tiene bien fácil: si allí aparece un nombre de marca, eso le da tufillo publicitario, así que lo quita; en cambio si no aparece, se da cuenta que “falta algo” y ese algo es precisamente el nombre de marca, y de esta forma, por voluntad propia, es él quien lo incluye.
 
Cuando comprobé estadísticamente que esta situación se daba en muchas de mis Notas de Prensa, opté –definitivamente- por obviar el nombre de marca en los titulares, y comprobé a lo largo de muchos años de ejercicio profesional cómo de esta forma, en muchas ocasiones, eran los propios periodistas de los medios de comunicación, quienes llevaban la marca de mi empresa o producto a esos titulares.
 
La moraleja, como en el Evangelio, es evidente: el que siempre va considerándose a sí mismo como el más importante y se pone en lugares de privilegio, acaba con el bochorno de verse relegado; en cambio, el que va pensando siempre en el destinatario de la información y supedita el interés de su empresa o producto al propio interés del lector, se ve aupado a lugares de privilegio en cada medio de comunicación.
 

La Comunicación sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de las empresas…
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