(AZprensa)
Hoy vamos a hablar de una paradoja que descubrí al comienzo de mi vida
profesional como responsable de Comunicación. La descubrí por casualidad y
después la utilicé a propósito para conseguir mi objetivo.
Se
dice en el Evangelio cómo un invitado a un banquete, creyéndose muy importante,
fue derecho a sentarse en la presidencia. Cuando el organizador del banquete lo
vio, le dijo que aquél no era su sitio (en efecto, era importante pero no tanto
como él se creía), así que, ante la vista de todos y el bochorno propio, fue desalojado
de ese sitio y colocado en otro lugar. En cambio, otro invitado (que era igual
de importante que el anterior pero no hacía ostentación de su importancia) se
sentó discretamente en un lugar secundario. Cuando el organizador del banquete
lo vio, lo llamó y reclamó la atención de todos para que viesen que ese
invitado era querido y apreciado y en consecuencia debía ocupar un lugar de
privilegio. Concluía esa parábola con aquello de “los últimos serán los
primeros”.
Pues
esto mismo he comprobado yo con las Notas de Prensa. Eso sí, vaya por delante
que, afortunadamente, he tenido la suerte de depender directamente de Presidentes
que confiaban en mi capacidad profesional y me dejaron siempre la suficiente
libertad y autonomía para hacer mi trabajo con criterio profesional y no a
expensas de Marketing. En consecuencia mis Notas de Prensa –unas con mayor
acierto que otras- siempre las redacté pensando en el lector y en lo que podría
ser de mayor interés para el mismo. A fin de cuentas, el periodista del medio
escribe para el lector y supedita cualquier material informativo a aquello que más
pueda interesar al lector.
Era
evidente que, aun siguiendo los más estrictos criterios profesionales, en
algunas ocasiones estaba justificado poner el nombre del producto o empresa en
el titular, ya que así lo exigía la noticia... y así lo hacía algunas veces.
Sin
embargo, al cabo de un tiempo me di cuenta de un hecho curioso. Cuando enviaba
Notas de Prensa informativas y de calidad, pero con el nombre del producto o
empresa en el titular, la mayoría de los medios que la recibían, la
publicaban... pero ¡cambiando el titular para que dicho nombre no estuviese en
él! Y lo más sorprendente: en aquellas otras Notas de Prensa informativas y de
calidad, en las que yo no ponía el nombre del producto o la empresa en el
titular, el periodista... ¡también cambiaba el titular, pero ahora al revés,
precisamente para ser él quien introdujese en dicho titular el nombre de la
empresa o producto!
Es
decir: cuando yo ponía el nombre del producto o empresa en el titular, los
periodistas del medio lo quitaban, y en cambio cuando yo no lo ponía, eran
ellos quienes lo incluían personalizando así su propio titular..
Por
consiguiente pude constatar un hecho: Cuando el periodista recibe una
información periodística bien redactada y con interés para el lector, se da cuenta
que debe ser publicada pero él se considera en la obligación de darle un toque
personal y entonces le cambia el titular (sobre todo para que no haya otros
medios que saquen esa misma noticia con el mismo titular). Y cuando ese
periodista se decide entonces a cambiar ese titular, lo tiene bien fácil: si
allí aparece un nombre de marca, eso le da tufillo publicitario, así que lo
quita; en cambio si no aparece, se da cuenta que “falta algo” y ese algo es
precisamente el nombre de marca, y de esta forma, por voluntad propia, es él
quien lo incluye.
Cuando
comprobé estadísticamente que esta situación se daba en muchas de mis Notas de
Prensa, opté –definitivamente- por obviar el nombre de marca en los titulares,
y comprobé a lo largo de muchos años de ejercicio profesional cómo de esta
forma, en muchas ocasiones, eran los propios periodistas de los medios de
comunicación, quienes llevaban la marca de mi empresa o producto a esos
titulares.
La
moraleja, como en el Evangelio, es evidente: el que siempre va considerándose a
sí mismo como el más importante y se pone en lugares de privilegio, acaba con
el bochorno de verse relegado; en cambio, el que va pensando siempre en el
destinatario de la información y supedita el interés de su empresa o producto
al propio interés del lector, se ve aupado a lugares de privilegio en cada
medio de comunicación.
La Comunicación sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de las empresas…
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