jueves, 10 de abril de 2025

¿Por qué arden los coches eléctricos sin causa aparente? Una explicación sencilla…

Los coches eléctricos están cada vez más presentes en nuestras calles, y aunque son una gran opción para reducir la contaminación, también tienen un lado menos conocido que puede sorprender: a veces se incendian sin una razón obvia. Esto no pasa con todos, ni es algo que ocurra todos los días, pero cuando sucede, es un problema serio. Vamos a explicar de forma sencilla por qué pasa esto, por qué es peligroso y por qué apagar estos fuegos es tan complicado, incluso bajo el agua.
 
¿Por qué se incendian sin aviso?
 
Los coches eléctricos funcionan con baterías grandes, normalmente de litio-ion, que almacenan mucha energía para mover el vehículo. Estas baterías son como las de tu móvil o tu portátil, pero muchísimo más potentes. El problema está en que, si algo falla dentro de la batería, puede empezar un incendio sin que nadie lo espere. Esto puede pasar por varias razones:
 
Daños internos: Si la batería se golpea (por ejemplo, en un accidente) o se fabrica con algún defecto, las piezas dentro de ella pueden entrar en cortocircuito. Eso genera calor, y si el calor sube demasiado, la batería empieza a arder.
 
Fallo químico: Dentro de la batería hay sustancias químicas que, si se descontrolan (por sobrecalentamiento o un error), reaccionan entre sí y producen gases inflamables. Es como una pequeña explosión que prende fuego.
 
Sobrecalentamiento: Si el coche se carga mal, se usa en condiciones extremas o la batería envejece, el calor puede acumularse y desencadenar lo que se llama una “reacción en cadena térmica”. Una célula de la batería se calienta, afecta a las de al lado, y todo se convierte en un incendio.
 
Lo curioso es que no siempre hay una chispa o un golpe evidente. A veces, el fallo empieza poco a poco dentro de la batería y, de repente, ¡bum!, el coche está en llamas.
 
¿Por qué es tan peligroso?
 
Un incendio de un coche eléctrico no es como el de un coche de gasolina. Aquí van las razones:
 
Arde muy rápido y fuerte: Las baterías de litio-ion liberan mucha energía en poco tiempo, así que el fuego crece rápido y alcanza temperaturas altísimas, hasta 1.000 grados o más. Eso puede hacer que el incendio se extienda a otros objetos cercanos.
 
Gases tóxicos: Cuando la batería arde, suelta humo con sustancias químicas peligrosas, como ácido fluorhídrico. Respirar eso es muy dañino para las personas y los bomberos que intentan apagarlo.
 
Puede volver a encenderse: Aunque parezca que el fuego está apagado, las baterías dañadas pueden reignitarse horas o días después, porque la reacción química sigue activa.
Esto hace que un coche eléctrico en llamas sea un riesgo no solo para el conductor, sino también para los vecinos, los bomberos y cualquiera que esté cerca.
 
¿Por qué no se puede apagar del todo, ni siquiera con agua?
 
Los bomberos han descubierto que apagar un incendio de un coche eléctrico es una pesadilla. Normalmente, con un coche de gasolina, echas agua o espuma y, aunque cuesta, el fuego se termina. Pero con las baterías de litio-ion, no funciona así. Aquí está el motivo:
 
El fuego viene de dentro: La batería es como una caja sellada. Aunque le eches agua por fuera, el incendio sigue dentro, porque las células químicas están reaccionando entre sí. El agua no llega al origen del problema.
 
Reacciona con el agua: El litio de la batería, al entrar en contacto con el agua, puede producir más calor y gases inflamables, como hidrógeno. En vez de apagarse, ¡el fuego puede empeorar!
 
Sigue ardiendo bajo el agua: Hay casos en los que han sumergido coches eléctricos en llamas bajo el agua (por ejemplo, después de un accidente) y las baterías seguían echando chispas y humo. Esto pasa porque la reacción química no necesita oxígeno del aire; usa el oxígeno que ya está dentro de la batería.
 
Por eso los bomberos no intentan apagarlo del todo. Lo que hacen es contenerlo: enfrían el coche con toneladas de agua para bajar la temperatura y evitar que el fuego se extienda, mientras esperan a que la batería se “queme” sola. A veces, esto puede llevar horas o incluso días.
 
¿Qué significa esto para nosotros?
 
Está claro que un coche de gasolina es mucho más seguro ya que -en este sentido- jamás entrará en combustión espontánea como sí hacen los coches eléctricos. Sin embargo es importante saber que:
Los fabricantes están trabajando en hacer baterías más seguras.
Los bomberos están aprendiendo nuevas formas de lidiar con estos incendios, como usar mantas ignífugas o contenedores especiales (aunque el problema actual es que todavía son muy pocos los cuarteles de bomberos que disponen de estos elementos).
Si tienes un coche eléctrico, sigue las instrucciones de carga y revisa que esté en buen estado, porque un mal uso puede aumentar el riesgo.
 
En resumen, los incendios de coches eléctricos son raros, pero cuando pasan, son difíciles de controlar porque las baterías tienen una química especial que las hace arder de forma única. No se apagan como un fuego normal, y por eso los bomberos solo pueden limitar el daño mientras el incendio se consume solo. Es un reto moderno que nos recuerda que, aunque la tecnología avanza, también trae nuevos problemas que hay que entender y resolver.
 
Y ahora, lo que todos deberían hacer es:
Los fabricantes, seguir investigando para crear baterías que no tengan este grave riesgo.
Los gobiernos, formar a sus equipos de bomberos y dotarlos de los materiales necesarios para cuando deban controlar uno de estos incendios.
 
Y mientras tanto, los consumidores no deberían darse tanta prisa en comprar un coche eléctrico hasta que fabricantes y gobiernos hayan solucionado este problema. Los coches de gasolina jamás se incendiarán por sí mismos.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: 
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