miércoles, 26 de noviembre de 2025

Tu cartílago no entiende de Marketing

(AZprensa) Entrar en una parafarmacia y pasar por el pasillo de las articulaciones es como meterse en una feria de promesas. “Regenera tu cartílago en 30 días”, “Adiós al dolor de rodilla”, “El secreto de los deportistas de élite”. Glucosamina, condroitina, colágeno, cúrcuma con pimienta, ácido hialurónico para tragar… Hay estanterías enteras y precios que van de los 25 a los 90 euros el bote.  Y uno se pregunta: si todo esto fuera tan bueno, ¿por qué mi reumatólogo sigue mandándome a andar y a bajar cinco kilos en vez de recetarme un par de cajitas de esas?
 
La respuesta es sencilla y, para muchos, incómoda: la inmensa mayoría de esos suplementos no han demostrado que sirvan para casi nada en los estudios serios e independientes.
 
Los que fueron reyes y ahora están caídos
 
Hace veinte años, la glucosamina y la condroitina eran las estrellas. Se vendían como churros y hasta algunos médicos las recomendaban “por si acaso”. Hoy, la Agencia Europea del Medicamento ha retirado cualquier indicación médica a estos productos y las guías de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo (europeas, americanas y españolas) los tienen en la lista de “no recomendados”.  ¿Por qué? Porque los ensayos clínicos grandes y bien hechos —los que no los paga la empresa que fabrica el suplemento— han demostrado una y otra vez que el dolor y la rigidez mejoran lo mismo tomando el producto que tomando una pastilla de azúcar.
 
El nuevo boom: el colágeno que “todo el mundo toma”
 
Ahora el rey es el colágeno hidrolizado, normalmente de 10 gramos al día, a veces con vitamina C y sabor a fresa. En redes sociales hay influencers de 50 años que juran que han vuelto a correr maratones gracias a él.  Lo que no cuentan es que la mayoría de estudios positivos están financiados por las propias marcas. Cuando se miran los trabajos independientes, el efecto es mucho más modesto: algunas personas notan un poquito menos de dolor durante los primeros meses, pero no hay pruebas de que el cartílago crezca ni de que la artrosis avance más despacio.  En palabras de la doctora Patricia Fernández, reumatóloga del Hospital Clínic de Barcelona: «Es como ponerse una crema hidratante en la cara: te notas la piel más suave, pero no estás rejuveneciendo diez años».
 
La cúrcuma: la única que levanta algo la mano
 
De todos los productos de la estantería, la curcumina (el principio activo de la cúrcuma) con formulaciones de alta absorción es la que más se salva. Hay varios ensayos que la comparan directamente con ibuprofeno y, en dosis altas (1-2 g al día de extracto bien formulado), consigue reducir el dolor casi igual durante unas semanas.  ¿Milagrosa? No. ¿Mejor que nada? Para algunos pacientes con brotes puntuales, sí puede ayudar. Pero tampoco frena la enfermedad.
 
¿Y entonces por qué hay tanta gente que “nota mejoría”?
 
Porque la artrosis duele más cuando estás tenso, con sobrepeso o sin moverte. Muchas personas empiezan el suplemento y, al mismo tiempo, deciden caminar más, hacer ejercicios de piscina o perder cuatro kilos. Claro que notan mejoría. El mérito no es del bote.
 
El veredicto de los expertos en 2025
 
Preguntamos a tres sociedades científicas distintas (la española SER, la europea EULAR y la americana OARSI) y las tres responden lo mismo: ningún suplemento alimenticio tiene nivel de evidencia suficiente para ser recomendado en el tratamiento de la artrosis. Lo que sí recomiendan, con mayúsculas y nivel de evidencia máximo, es:
Hacer ejercicio adaptado (caminar, bici, piscina, taichí…) 
Bajar de peso si te sobran kilos 
Fortalecer los músculos que rodean la articulación dolorosa
 
Eso es barato, no tiene efectos secundarios y sí está demostrado que ralentiza la enfermedad y reduce el dolor de verdad.
 
La próxima vez que pases por la parafarmacia…Míralo como quien mira los estantes de chucherías: si te apetece gastar 50 euros al mes y te hace ilusión tomar algo con sabor a limón, adelante. Nadie te va a regañar. Pero si lo que buscas es invertir en tus rodillas o tus caderas de aquí a diez años, cómprate unas buenas zapatillas, apúntate a clases de aquagym o paga unas sesiones con un fisioterapeuta. Tu cartílago no entiende de marketing. Entiende de movimiento y de kilos menos. El resto, lamentablemente, son cuentos bonitos con envase brillante.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. 
Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“La salud desde otro punto de vista”: 

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