Para el crecimiento de cualquier producto es necesario
introducirse en nuevos campos terapéuticos, descubrir nuevas indicaciones donde
pueda resultar útil. En el caso de Ecomitrin 40 fuimos probando en numerosas
áreas, en unas con mayor acierto que en otras. Una de esas áreas fue la de las
úlceras por decúbito, varicosas y crónicas. Con esta crema antiinflamatoria y
antibiótica de amplio espectro, se evitaba y combatía eficazmente la infección
de la piel, sobre todo porque este tipo de úlceras son propicias a la infección
bacteriana. Además, mientras otras cremas corticoides sólo utilizaban la
neomicina para las dermatitis infectadas, en nuestro caso, Ecomitrin 40, añadía
a la neomicina la acción antibiótica tópica eficaz de la anfomicina.
Tampoco era este un campo que ofreciese un volumen de
mercado excesivamente grande, ni nosotros encontramos en él la panacea para
impulsar las ventas, pero supuso algo tan importante como el hecho de poder
hacer la visita médica hablando de cosas diferentes. Aun cuando el médico no
recetase el producto en estas indicaciones, el hecho de hacer la visita médica
con él servía para avivar el recuerdo en el médico y que este lo recetase en
cualquiera de las dermatitis, infectadas o no, que viese en su consulta...
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