Los síntomas cardinales de la inflamación son calor, dolor,
tumor y rubor. Si en el anterior díptico hacíamos referencia a uno de esos
síntomas cardinales, el rubor (o color rojizo propio de la inflamación), en
esta ocasión jugamos al equívoco con el calor. La portada muestra un calor que
no puede ser más natural, el de unos troncos de madera ardiendo. Pero, como en
el díptico de la vez anterior, dicha portada está troquelada y siluetea las
llamas que salen de esa hoguera. Cuando se abre el díptico, nos dámos cuenta
que no se trata de llamas sino de otro tipo de calor: el propio del ezcema del
pañal; ese color rojizo no es, pues, de unas llamas, sino del culo de un niño.
La solución, no obstante, se presenta allí mismo: la acción antiinflamatoria y
antibacteriana de Ecomitrin 40, “la crema antibiótica de amplio espectro
dermatológico para la piel del niño, perfectamente tolerada en todos los casos
y localizaciones”. Un ejemplo más de publicidad creativa para presentar
medicamentos al médicos y persuadirles para que los receten...
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