Esta curiosa asociación, debidamente ilustrada en la portada
del folleto correspondiente, es la que llevaba a los médicos para presentar
Colimicina Oral Forte (sulfato de colistina) en el tratamiento de la infección
intestinal.
Según explicaba, al llegar el verano, la ingestión de agua o
alimentos contaminados, incrementa los procesos infecciosos gastrointestinales.
Además, los tratamientos habituales destruyen no sólo los gérmenes patógenos,
sino también la necesaria flora saprofita, originando disbacteriosis y
superinfecciones.
Por consiguiente, por su espectro antimicrobiano selectivo y
su carencia de resistencias adquiridas, Colimicina Oral Forte poseía las
características ideales para la antibioterapia intestinal. De esta forma,
en la portada del folleto, y bajo la ilustración de una golondrina, podíamos
leer: “Si la golondrina es el anuncio del verano, el verano es el anuncio de un
problema...” aunque recetando y teniendo a mano Colimicina Oral Forte, ese
problema dejaba instantáneamente de serlo.
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