El folleto que debía preparar para lanzar Tantum fuerte en
un mercado de prueba, que eran dos provincias pequeñas, se encontraba con una
dificultad añadida: apenas si se necesitarían unos mil folletos para esa
promoción, puesto que eran dos provincias con muy pocos médicos. Siendo así, no
podíamos asumir el coste de un folleto lujoso (tal como acostumbrábamos a
hacer). La utilización de cuatricromía, troqueles, formatos especiales, etc.,
resultaba demasiado cara para una simple prueba. La única opción que nos
quedaba era hacer un folleto sencillo, impreso a dos colores.
Sin embargo no me resignaba a hacer algo “del montón”, algo
gris, sin gancho, puesto que estaba más que comprobado que un folleto atractivo
ayudaba al visitador a captar la atención y el interés del médico. Por eso me
dije, “si sólo podemos usar dos colores, vamos a usar dos colores pero
mezclándolos con diversas tramas para conseguir un abanico cromático mucho
mayor”. Elegí el azul y el rojo y los mezclamos de mil maneras con distintos
porcentajes de cada uno, consiguiendo tonalidades que iban desde el casi negro
al rosa pálido. Por otra parte, nuestro dibujante realizó numerosas
ilustraciones para dar vivacidad al folleto.
El resultado final fue un folleto de 8 páginas que no
desmerecía de los demás y que captaba la atención por su tipografía, ilustraciones
y combinación de colores. “¿De verdad que se ha hecho sólo con dos colores?”,
nos preguntaba aún incrédulo algún compañero cuando veía el acabado final...
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