Los laboratorios farmacéuticos no son
esos entes diabólicos que aparecen en muchas películas y comentarios de prensa,
que se inventan enfermedades, sacan al mercado medicamentos que no sirven para
nada, y experimentan con los seres humanos como si fueran conejillos de indias,
buscando como único objetivo ganar dinero.
Los laboratorios farmacéuticos son
compañías comerciales que invierten el dinero de los accionistas (el tuyo
también, si quieres invertir ahí) para descubrir medicamentos que aporten
ventajas sobre los ya existentes y ayuden a mejorar la salud y calidad de vida
de los pacientes. Como contrapartida esperan unas ventas suficientes como para
recuperar la inversión realizada y poder seguir investigando.
Entonces ¿por qué esa obsesión (o
demagogia) de pedirles que sean ONGs y hagan todo eso sin esperar obtener
ningún beneficio económico a cambio?
¿Por qué se le pide a los laboratorios
que regalen sus medicamentos al tercer mundo y no se pide lo mismo a las
granjas avícolas o a los agricultores? ¿Por qué las compañías de alimentación,
las de textil, las empresas de depuración y suministro de agua, etc. no envían
sus productos y servicios gratis –o a precio simbólico- al tercer mundo tal
como se les pide a las farmacéuticas? Incluso para la vida y la salud es más
esencial la alimentación y el agua potable que los medicamentos. Bueno, pues
aún así, las farmacéuticas destinan más recursos en ayuda de esos países que
cualquiera de las compañías de otros sectores.
¿Por qué tienen entonces tan mala imagen?
Pues muy sencillo, porque tradicionalmente y por muchos años han sido y son
–salvo excepciones- empresas mudas que no mantienen una línea abierta de
comunicación con los medios y con la sociedad. Cuando uno se esconde de los
medios de comunicación se transmite una imagen negativa, la de alguien que
tiene algo que ocultar. La comunicación es la eterna asignatura pendiente de la
industria farmacéutica.
1 comentario:
La falta de comunicación de los laboratorios hace que parezca que tienen algo que ocultar. Ciertamente es así. En ocasiones esto es cierto pues nunca oí ninguna comunicación de los laboratorios españoles hacia las familias de los afectados por la talidomida ni dar la cara ante los propios afectados. Tema tabú. Ni el Sr. Pedro Puig, ni Instituto farmacobiologico Latino, ni Farmacológico NESSA. Todos miraron hacia otra parte. Con lo poco que cuesta decir: "perdón, fue un error. Contais con nuestro apoyo"
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