El mercado de prueba realizado con Tantum fuerte había sido
todo un éxito y por fin la dirección de Latino se decidió a lanzarlo,
precisamente enfocándolo en las indicaciones flebológicas para que la
canibalización de ventas con Tantum pomada fuese lo menor posible. Esa palabra
“canibalización” creo que fue entonces cuando comencé a oírla: había que vender
este producto, el “fuerte”, pero sus ventas no tenían que ser a costa de su
hermano el “pomada”. Según el mercado de prueba esto era posible, y el
verdadero lanzamiento a escala nacional se realizó con este folleto en el que
se presentaba una “novedad terapéutica en flebología”: la terapia tópica que
sustituye o completa la vía sistémica sin sus efectos secundarios.
Había cuatro grandes grupos de indicaciones en este campo:
-
Los síndromes varicosos, que requieren un tratamiento
tópico que además de mejorar la circulación favorezca el restablecimiento de la
pared venosa alterada.
-
Las tromboflebitis, que precisan una acción
histoprotectora y antiinflamatoria que mejore la circulación y permita la
recuperación del tejido venoso afectado.
-
Las flebitis y periflebitis, ya que al ser procesos
inflamatorios de las paredes venosas, deberá utilizarse para evitarlas y
combatirlas, un auténtico antiinflamatorio tópico que facilite la recuperación.
-
La profilaxis del post-operatorio, y en general, en
aquellas venopatías que por su gravedad requieran un tratamiento quirúrgico,
puesto que en ellas el empleo de un preparado tópico antidoloroso,
antiinflamatorio y antiedematoso, constituye el complemento ideal para el
post-operatorio, facilitando además una mejor y más rápida cicatrización.
Y Tantum fuerte entraba a lo grande en este nuevo campo con
un folleto que se “salía” (y nunca mejor dicho) de lo corriente. Para empezar
era apaisado. La portada mostraba la piel y en ella un recuadro con venas en
las cuales, para llamar la atención sobre los procesos inflamatorios de las
mismas, se había dado un golpe en seco de tal forma que se apreciaba su relieve al tacto, tal como sucede con las varices.
Y al abrir el folleto nos encontrábamos con una nueva
sorpresa: cada una de las indicaciones ocupaba una página y ofrecía una
ilustración representativa de la patología. En el extremo de la hoja había una
pestaña y, entonces, el visitador médico tiraba de dicha pestaña y la
ilustración de la patología pasaba a ofrecer una imagen fisiológica normal al
tiempo que la solapa extraída ofrecía las ventajas propias del producto en esa
indicación concreta.
Fue todo un alarde de creatividad y “mecánica” que consiguió
el efecto deseado: el impacto, la diferenciación y el recuerdo...
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