Cuando se hubieron disipado los miedos de la canibalización
(que las ventas del nuevo Tantum fuerte fuesen a conseguirse a costa de las que
ya se tenían de Tantum pomada por la sustitución de unas recetas por otras) y
se comprobó que Tantum fuerte se abría un nuevo camino mediante su imagen de
producto más eficaz para la inflamación profunda, se decidió promocionarlo también
en el campo de la traumatología.
Se diseñó una campaña que dejaba bien claro lo que se iba a
presentar al médico: “la eficacia de un principio activo más la calidad de una
crema, en traumatología”. Para reforzar la idea de su acción en profundidad, se
hicieron unas ilustraciones que representaban los huesos de distintas
articulaciones, sobre ellos unos círculos rojos concéntricos para dar idea de
la inflamación y dolor localizados, y finalmente la crema que salía del tubo
como una flecha para alcanzar su objetivo por muy profundo que este estuviese.
Esta nueva terapia tópica del dolor y la inflamación
destacaba por su:
-
Crema especial que permite el rápido e íntimo contacto
del principio activo con el foco inflamado, con un factor de alto nivel cosmético.
-
Alta concentración para resolver estos procesos:
benzidamina al 5%.
-
Acción histoprotectora y fijación selectiva en los
tejidos inflamados y edematosos.
En el interior del díptico, junto con los diferentes
argumentos promocionales, se destacaban todas las indicaciones, ya sin ocultar
ninguna, aunque en este caso las que más se destacaban eran las de
traumatología, en las que Tantum fuerte favorece la reabsorción del hematoma,
reduce el edema traumático, suprime rápidamente el dolor y acelera la recuperación
funcional...
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