A cualquier buen creativo le atraen siempre los retos y en
la industria farmacéutica, tan encorsetada y regulada siempre, el reto era aún
mayor. Representar los síntomas de las enfermedades de una manera gráfica
impactante y atractiva era el pan nuestro de cada día. En el caso del flavoxate
(Genurín) nos encontrábamos con un producto que combatía muchos síntomas
frecuentes en las afecciones genito-urinarias y eso dio pie a una amplia serie
de dípticos centrado cada uno de ellos en uno de esos síntomas.
Este que vemos aquí estaba dedicado a la pesadez suprapúbica
y se representaba con un grifo sobre el que se habían colocado varias pesas.
Este nuevo antiespasmódico había sido creado específicamente para las
afecciones genito-urinarias y carecía de efectos secundarios. Como se explicaba
en algunos de sus folletos, “la experiencia clínica mundial ha demostrado que
cuando el tratamiento habitual de las infecciones genito-urinarias se acompaña de
Genurín, la duración de los síntomas vesicales se reduce en un 62,5%”.
Una de las peculiaridades más características de este
antiespasmódico es que actuaba exclusivamente sobre la musculatura lisa de la
pelvis menor y sólo cuando esta se encontraba espasmodizada. Entonces,
neutralizaba el espasmo por relajación directa sobre dichas fibras musculares,
proporcionando una eficaz resolución de la sintomatología.
Con todo, lo más impactante y que más ayudaba en la visita
médica era esa imagen visual que ayudaba desde el primer momento a diferenciar
y recordar el preparado...
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