sábado, 27 de abril de 2013

Revista de empresa


Desde tiempo inmemorial han existido los “House organ”, traducidos aquí como “Revistas de empresa”, la mayor parte de las cuales han acabado siendo llamadas en tono despectivo “Hojas parroquiales” (no porque se tenga nada contra las parroquias, sino porque las revistas parroquiales siempre se han distinguido por la pobreza de medios y la ausencia de profesionales de la comunicación que las dirigiesen).

Cuando la dirección de una empresa pretende controlar qué se dice y cómo se dice, en esas revistas, el fracaso está garantizado. Cuando la revista llegue a los empleados, estos la mirarán con recelo, la criticarán y la tirarán a la papelera. Si además no ha sido escrita por profesionales de la comunicación y no ha sido maquetada por buenos diseñadores gráficos, el bodrio está garantizado y el despilfarro de lo que haya costado (poco o mucho) también.

Por el contrario, cuando la dirección cuenta con un responsable de comunicación profesional, confía en él y le da libertad para que –con criterio estrictamente periodístico- elija los temas y así los refleje, y además le dota del presupuesto necesario para que el diseño y maquetación lo realicen buenos profesionales, el éxito –si el comunicador es bueno- estará garantizado. Los empleados leerán con agrado la revista, es más, estarán impacientes por recibirla; la mostrarán a familiares y amigos; y en definitiva, se sentirán orgullosos de trabar en esa empresa y esa satisfacción hará que rindan más en su trabajo: quien trabaja motivado y a gusto, trabaja más y mejor.

Yo he vivido los dos aspectos, el de la revista que pretende ser controlada por la dirección de la empresa y no logra el éxito (tal como sucedió con “Latino informa” por más que intentásemos mejorarla) y el de aquellas empresas que dejan manos libres al responsable de comunicación para que haga –según su criterio periodístico- la mejor revista posible (así sucedió cuando puse en marcha “Noticias ICI” para el grupo Imperial Chemical Industries, y posteriormente “Información al Día” para el laboratorio AstraZéneca).

Si es que las claves del éxito son muy sencillas, aunque también muy difíciles de asumir por los directivos de las empresas:
1.- Contenidos de interés para los empleados elegidos con criterios periodísticos por el responsable de comunicación, sin ninguna interferencia de la dirección de la empresa que tan sólo deberá ver el ejemplar terminado, igual que cualquier otro empleado.
2.- Contenidos de interés humano; si va dirigida a empleados debe hablar de ellos, no de sus jefes ni de sus productos.
3.- Redactada como cualquier diario: en tercera persona, sin “dones” ni “señor” ni nada de distinciones, con titulares cortos que pretendan llamar la atención sobre la noticia no explicarla, nada de tono paternalista sino lo más imparcial posible...
4.- Maquetada como cualquier revista o diario, con profusión de fotos, cuadros, etc.
5.- Sin necesidad de grandes lujos, pero que esté bien cuidada e impresa, para que sea agradable de tener entre las manos.
6.- Con una fecha fija de salida que deberá ser sagrada para que todos sepan que tal día es cuando sale la revista y en consecuencia la estén esperando.
7.- Haciéndosela llegar a todos los empleados e incluso a los jubilados para que todos ellos se sientan miembros importantes de la compañía, y colocando ejemplares en la recepción de la empresa, en las salas de reuniones, etc. para que todos la consideren como la mejor tarjeta de visita de la empresa...

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