(AZprensa) En España se registran al año unos 1.000 casos de Legionella
con una incidencia de 3x100.000 sobre todo en hoteles, hospitales, residencias
y balnearios,que confirman las deficiencias en los sistemas de prevención y la
aparición de brotes sobre todo en grandes edificios.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la mayor fuente de
contagio de Legionella es el sistema de aguas de grandes edificios de oficinas,
hoteles y hospitales, mediante sistemas humidificadores, máquinas de rocío,
spas y fuentes de agua termal” y, pese a la creencia generalizada, “los
sistemas de aire acondicionado no representan una fuente relevante de contagio
de Legionella”.
Para el Dr. Miquel Sabriá, de la Sección de Enfermedades Infecciosas
del Hospital Germans Trias i Pujol y catedrático de Medicina de la Universidad
Autónoma de Barcelona, existen muchas y excelentes guías de diferentes países
sobre estrategias para prevenir la enfermedad del legionario en grandes edificios,
que coinciden en lo imprescindible del mantenimiento de las instalaciones
como medida de prevención pero, añade, “hay diferencias y controversias en la
forma de evaluar el riesgo y existe escasa información científica sobre el
mejor método para desinfectar el agua potable”.
La legionelosis o “enfermedad del legionario” está provocada por
diferentes especies de Legionella, especialmente L. pneumophila y presenta dos
formas clínicas: la Enfermedad del legionario –con síntomas parecidos a
los de la gripe: malestar, dolor de cabeza, dolores musculares, tos no
productiva, síntomas digestivos y fiebre superior a 40º y escalofríos que
aparecen 24 horas después en más de la mitad de los enfermos y produce
neumonía- y Fiebre de Pontiac - enfermedad de curación espontánea en 2-5 días
que no produce neumonía-. Actualmente no hay vacunas disponibles para la
prevención de la legionelosis.
La enfermedad del legionario se presenta en forma de casos esporádicos
y de brotes epidémicos, con una mayor afectación en varones, inmunodeprimidos,
individuos de edad avanzada, fumadores o con broncopatía crónica. En caso de
brotes, la tasa de ataque puede llegar hasta el 15 % y la tasa de mortalidad en
torno al 5 %.
La Legionella se encuentra de forma natural en ambientes acuáticos y en
el suelo húmedo, en simbiosis con protozoos de vida libre, siempre a
bajas concentraciones y sin causar enfermedad. Según José María Ordóñez,
presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, SESA, “la bacteria
puede colonizar las instalaciones que utilizan agua en su funcionamiento y, si
las condiciones son idóneas (temperatura, suciedad, corrosión, mal
mantenimiento, falta de higiene, etc.) puede llegar a multiplicarse”.
Los casos o brotes se producen cuando las personas inhalan las gotitas
de agua (aerosoles) con suficiente cantidad de Legionella en su interior. Sólo se contrae la
enfermedad al inhalar las gotitas, ni bebiendo agua, aunque contenga Legionella, ni de persona a
persona puede contagiarse.
“Entre las instalaciones más proclives a provocar casos o brotes están:
sistemas de agua caliente (duchas), los spas o jacuzzi, que generan aerosoles
en ambientes cerrados, y las torres de refrigeración, fuentes ornamentales,
etc., que emiten los aerosoles al exterior. Los edificios potencialmente más
afectados por Legionella,
son los hoteles, hospitales, balnearios, residencias de personas mayores,
polideportivos, etc.”, añade Ordóñez.
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