domingo, 7 de diciembre de 2014

La Legionella prefiere el agua antes que el aire

(AZprensa) En España se registran al año unos 1.000 casos de Legionella con una incidencia de 3x100.000 sobre todo en hoteles, hospitales, residencias y balnearios,que confirman las deficiencias en los sistemas de prevención y la aparición de brotes sobre todo en grandes edificios.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la mayor fuente de contagio de Legionella es el sistema de aguas de grandes edificios de oficinas, hoteles y hospitales, mediante sistemas humidificadores, máquinas de rocío, spas y fuentes de agua termal” y, pese a la creencia generalizada, “los sistemas de aire acondicionado no representan una fuente relevante de contagio de Legionella”.

Para el Dr. Miquel Sabriá, de la Sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol y catedrático de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, existen muchas y excelentes guías de diferentes países sobre estrategias para prevenir la enfermedad del legionario en grandes edificios, que coinciden en lo imprescindible del mantenimiento  de las instalaciones como medida de prevención pero, añade, “hay diferencias y controversias en la forma de evaluar el riesgo y existe escasa información científica sobre el mejor método para desinfectar el agua potable”. 

La legionelosis o “enfermedad del legionario” está provocada por diferentes especies de Legionella, especialmente L. pneumophila y presenta dos formas clínicas: la Enfermedad del legionario –con  síntomas parecidos a los de la gripe: malestar, dolor de cabeza, dolores musculares, tos no productiva, síntomas digestivos y fiebre superior a 40º y escalofríos que aparecen 24 horas después en más de la mitad de los enfermos y produce neumonía- y Fiebre de Pontiac - enfermedad de curación espontánea en 2-5 días que no produce neumonía-. Actualmente no hay vacunas disponibles para la prevención de la legionelosis.

La enfermedad del legionario se presenta en forma de casos esporádicos y de brotes epidémicos, con una mayor afectación en varones, inmunodeprimidos, individuos de edad avanzada, fumadores o con broncopatía crónica. En caso de brotes, la tasa de ataque puede llegar hasta el 15 % y la tasa de mortalidad en torno al 5 %.

La Legionella se encuentra de forma natural en ambientes acuáticos y en el suelo húmedo, en simbiosis con  protozoos de vida libre, siempre a bajas concentraciones y sin causar enfermedad. Según José María Ordóñez, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, SESA, “la bacteria puede colonizar las instalaciones que utilizan agua en su funcionamiento y, si las condiciones son idóneas (temperatura, suciedad, corrosión, mal mantenimiento, falta de higiene, etc.) puede llegar a multiplicarse”.

Los casos o brotes se producen cuando las personas inhalan las gotitas de agua (aerosoles) con suficiente cantidad de Legionella en su interior. Sólo se contrae la enfermedad al inhalar las gotitas, ni bebiendo agua, aunque contenga Legionella, ni de persona a persona puede contagiarse.

“Entre las instalaciones más proclives a provocar casos o brotes están: sistemas de agua caliente (duchas), los spas o jacuzzi, que generan aerosoles en ambientes cerrados, y las torres de refrigeración, fuentes ornamentales, etc., que emiten los aerosoles al exterior. Los edificios potencialmente más afectados por Legionella, son los hoteles, hospitales, balnearios, residencias de personas mayores, polideportivos, etc.”, añade Ordóñez.

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