(AZprensa) La sonda espacial Juno enviada por
la NASA a Júpiter ha culminado con éxito su maniobra de inserción en la
magnetosfera de este planeta gigante. Tras encender sus motores durante 35
minutos, pudo frenar su velocidad hasta los 542 metros por segundo,
permitiendo de esta forma ser atrapado voluntariamente por el campo
gravitatorio de Júpiter para entrar en órbita alrededor del mismo.
Después
de un viaje de cinco años la nave Juno, tan grande como una cancha de
baloncesto y provista de paneles solares que le dan la energía necesaria para
tan largo viaje, ya está en órbita de Júpiter. Durante el próximo año y medio
orbitará alrededor del mismo facilitando numerosa información y fotografías.
Entre los misterios que pretende desvelar está el comprobar si este planeta
tiene o no un centro rocoso o es simplemente una enorme bola de gas y líquido;
pretende igualmente conocer más detalles sobre su composición y sobre la enorme
radiación que genera el planeta.
De igual forma, esta misión nos ayudará en la comprensión de
los sistemas planetarios y el papel que este tipo de planetas ejerce sobre sus
propio sistema y, en este caso concreto, su influencia sobre nuestro propio
planeta.
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