(AZprensa) Según explica Piedad López Sánchez, especialista
en Farmacia Hospitalaria en el Hospital de Tomelloso (Ciudad Real), “cada vez
tenemos más pacientes polimedicados y cada vez es más difícil predecir qué
fármacos ya no necesitan”, por ello los médicos deberían empezar a
familiarizarse con el concepto de la “deprescripción”, es decir, suprimir los
medicamentos superfluos o innecesarios en el tratamiento de los pacientes
polimedicados. para el correcto. “No se trata de quitar medicamentos por
quitar, sino eliminar los que no son adecuados y adaptar los tratamientos
farmacológicos a la realidad del paciente”, añade.
En su opinión, la “deprescripción”, puede
mejorar la calidad de vida del paciente “disminuyendo visitas a urgencias por
reacciones adversas, eliminar interacciones entre medicamentos, ingresos
hospitalarios, etc. Los fármacos actúan entre sí de forma desconocida porque se
estudian de uno en uno. Se puede dar el caso de utilizar un fármaco que genere
reacciones adversas y utilizar nuevos fármacos para tratar esas reacciones, es
lo que denominamos cascada terapéutica”.
Aunque es difícil hablar de cifras, lo que sí
se puede afirmar es que “cada vez la esperanza de vida es mayor, la población
está envejeciendo, y hay más cronicidad, más pluripatología y se estima que
para 2064 el 30% de los pacientes, con más de 65 años y esto es un problema no
solo de gasto de medicamentos, sino de todo lo que conlleva el entorno del
paciente y su calidad de vida”.
“Hay veces que los pacientes no entienden que se le eliminen medicamentos,
-concluye la farmacéutica-, pero ahí está la labor de los médicos por ganarse
su confianza, de explicarles y convencerles de que no está quitando por quitar
sino por no crear efectos adversos. Y es muy importante en cualquier caso hacer
un trabajo entre médicos de Atención Primaria, Hospitales y Farmacia con,
gerencias, médicos y pacientes y consensuar decisiones”.
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