(AZprensa) Los fumadores presentan efectores visibles como la pigmentación
amarillenta alrededor de los dedos de las manos o incluso el cabello,
fragilidad capilar por pelo quebradizo y desnaturalizado, envejecimiento
prematuro y dientes amarillentos. El rostro del fumador, tiene las siguientes
características:
- Arrugas marcadas, provocadas en
gran medida por la contracción de los labios al fumar y el acto de entrecerrar
los ojos para evitar el humo.
- Aspecto demacrado facial con prominencia de los huesos, concretamente
en las mejillas, que aparecen profundamente surcadas y marcadas.
- Apariencia
grisácea de la piel, con un tono del cutis más apagado de lo habitual, como
consecuencia de la asfixia celular.
- Manchas color
púrpura, producidas por la disminución en la absorción de las vitaminas A, B y
C.
El rostro del fumador tal y como está descrito anteriormente, fue
definido en 1985 por el Dr. Douglas Model a partir del análisis del efecto en
el rostro de las más de 60 sustancias nocivas procedentes de los
cigarrillos.
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