(AZprensa) Miles de visitantes acuden cada año para
disfrutar del incomparable parque nacional de Las Tablas de Daimiel, un
verdadero oasis en la planicie manchega; pero Daimiel (Ciudad Real) ofrece
mucho más al viajero. Las guías de viaje detallan sus monumentos, su
gastronomía, su folclore, pero hay otras curiosidades que o bien no citan o a
pesar de publicitarlas siguen sin ser centro de atracción turística.
He aquí, pues, siete motivos más para visitar Daimiel:
El puzzle más grande del mundo.-
En el edificio Centro del Agua se puede contemplar el puzzle
más grande del mundo, al menos así lo fue desde que se compusiese en el año
2008 hasta el año 2014 en que otro de Valladolid consiguió superarlo. Pero el
de Daimiel se puede seguir contemplando con sus 24.000 piezas y la
espectacularidad y complejidad de sus imágenes.
Más información: http://palabrasinefables.blogspot.com.es/2014/12/el-puzzle-mas-grande-del-mundo-esta-en.html
El volcán Las Tiñosas.-
Poco se sabe de este volcán al que uno puede llegar por la carretera CM-4114 en
dirección a Malagón, y justo antes del desvío para tomar a la izquierda la
carretera CRP-2122. Depósitos de flujos piroclásticos y algunas coladas de lava
fluida de hace 3 millones de años, aún
son visibles a pesar del deterioro sufrido cuando se utilizó como cantera.
Panizo de Daimiel.-
Son muchas las especies y
variedades vegetales que van desapareciendo cada año, y una de ellas
–prácticamente extinguida- es el Panizo de Daimiel del que puede verse una
muestra (aunténtica reliquia) en el Museo Comarcal. Esta planta gramínea se utilizó durante mucho
tiempo como pienso para el ganado gracias a su alto valor proteico y la
esmerada selección llevada a cabo y que le confirió denominación de origen.
Motilla del Azuer.-
Es el pozo más antiguo de la península Ibérica,
construido hace 4.000 años, uno de los ejemplos más representativos de los
asentamientos prehistóricos durante la Edad del Bronce. Aunque se le está dando
mucha publicidad y se organizan visitas guiadas, aún es desconocido por muchas
personas.
Silla Pata de Gallina.-
Además de arquitecto (diversos edificios suyos pueden
contemplarse en Daimiel), Miguel Fisac fue diseñador y uno de sus más
peculiares diseños fue esta silla que puede verse en el Museo Comarcal.
Olivo milenario.-
Fue plantado por los musulmanes en torno al año 900 y,
desde entonces ha sido testigo inmutable de la historia. Hace años se
trasplantó a la Plaza de España y se ha convertido en uno de los símbolos de
Daimiel, gozando en la actualidad de una salud envidiable a pesar de su
avanzada edad.
Porrazos.-
A nivel gastronómico, y fuera ya de los tópicos, hay
algo que todo el que visite Daimiel debe probar ya que se trata de un dulce
exclusivo de esta localidad. Es un merengue con almendras y un toque de horno que se desmenuza en la
boca en una explosión de sabor y lo fabrica desde tiempo inmemorial la pastelería
La Duquesita.
Y para hacer más completa tu visita, no estaría de más
que te familiarizases con su peculiar forma de hablar:
Diccionario Daimieleño-Español.-
Un peculiar diccionario que recoge expresiones y términos
empleados durante muchos años en esta localidad, recopilados desde un sano
sentido del humor.
El “Diccionario Daimieleño–Español”, de Vicente Fisac,
está disponible en Amazon (www.amazon.es) tanto en edición digital como
en edición impresa.
2 comentarios:
Muy bueno el articulo, solo un pero la Motilla del Azuer, fue construida hace 4000 años...
Cierto, la Motilla del Azuer fue construida hace unos 2.000 años antes de Cristo, es decir, hace unos 4.000 años. (Ya está corregido. Gracias)
Publicar un comentario