viernes, 23 de febrero de 2018

A Urano le gusta llevar la contraria


(AZprensa) Con un diámetro de 51.118 Km. y una órbita alrededor del Sol a 2.872 millones de kilómetros, Urano no quiere parecerse al resto de planetas del sistema solar y así su órbita de 97,7º hace que se desplace prácticamente tumbado y a una velocidad de traslación más baja que cualquiera de los demás planetas: 6,8 Km./s. Esto significa que el año en Urano dura 84,1 años y los polos dan la espalda al Sol durante la mitad de la órbita por lo que se dan en los mismos días de 42 años seguidos de noches de 42 años. También tiene cuatro estaciones como la Tierra, sólo que aquí cada una de ellas dura 21 años. En cambio la velocidad de rotación es más alta y los días en Urano duran 17 h. 14’ claro que en sentido contrario: el Sol sale por el oeste y se pone por el este. Pero está tan lejos del Sol y el planeta emite tan poca luz (albedo de 0,3) que la intensidad de la luz del día allí es 400 veces más baja que en la Tierra.

El espíritu de contradicción también está presente en sus 27 satélites, ya que estos orbitan alrededor de su ecuador en una posición casi perpendicular a la elíptica, por lo que cruzan su trayectoria orbital. Pero Urano no sólo lleva la contraria en esto sino que también se distingue por su forma de giro retrógrada.

En su composición destaca un núcleo de silicatos y hierro que viene a representar más o menos un 20 por ciento del radio del planeta. Sobre ese núcleo –que no llega a estar en estado sólido- se extiende un manto helado, fluido y denso, compuesto por agua, amoníaco y otras sustancias volátiles, que representa en torno al 60 por ciento del radio. A este fluido se le llama océano de agua-amoníaco y tiene una alta conductividad eléctrica. Finalmente se extiende sobre el planeta una amplia atmósfera que alcanza el 20 por ciento restante del radio. Urano es, después de Saturno, el planeta menos denso; sólo 1,27 g/cm3. Su forma es esférica aunque bastante achatada por los polos.

Su atmósfera se divide en tres capas, la más cercana se eleva hasta casi los 300 Km. de altitud, luego le sigue otra hasta los 4.000 Km. y finalmente una especie de corona que llega hasta los 50.000 Km. de su superficie. La atmósfera está compuesta de hidrógeno (83%) y helio (15%), con pequeñas cantidades de metano (1,9%) y otros gases como etano, acetileno, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno... A diferencia de otros gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno, en Urano hay hielo por encima de los gases. Hay en esa atmósfera una amplia capa de nubes y gases; la mayoría de sus nubes se componen de metano (las más altas) o de agua (las más bajas) y se desplazan con vientos superiores a los 100 Km. aunque algunos pueden llegar a los 900 Km./h. En la capa exterior se observa una bruma de etano y otros hidrocarburos, y el metano de esta capa absorbe la luz roja dando al planeta su característico color azul verdoso.

La temperatura de su atmósfera es la más fría del sistema solar, con –224º C y la presión aumenta con la profundidad de tal forma que las nubes de metano pasan de estado gaseoso a hielo sólido formado esa mezcla de agua y amoníaco que se extiende sobre su núcleo. Ya a nivel de esa superficie interna, la temperatura es de –195º C.

Aunque el núcleo central está caliente (pero mucho más frío que en otros planetas, ya que sólo alcanza los 4.276º C) este calor no llega a la superficie sin que se conozca cuál es el motivo. Se especula con que debe existir algún tipo de barrera en las capas superiores que impide que el calor del núcleo llegue a la superficie. En esa superficie líquida su gravedad es de 8,69 m2 por lo que 100 Kg. en la Tierra pesarían 90,5 Kg. en Urano.

Este planeta posee campo magnético pero este es –al igual que caso todo en este planeta- inusual, ya que su centro no se encuentra en el centro geométrico del planeta. Su magnetosfera resulta, pues, completamente asimétrica y así, en unas zonas, la fuerza del campo magnético llega a ser 10 veces más potente que en otras. Al igual que Júpiter, Urano también tiene auroras que se divisan como arcos sobre los polos, pero la intensidad de las mismas es sorprendentemente demasiado pequeña para lo que se supone que debería corresponderle.

El movimiento de las capas de nubes sobre el planeta también resulta extraño. Cerca del ecuador los vientos son retrógados, con unas velocidades medias de 50 a 100 m/s y conforme nos acercamos a los polos, el sentido del movimiento de esas franjas de nubes se va ralentizando hasta llegar a cero, para luego comenzar a girar en sentido contrario e ir ganando de nuevo velocidad de hasta 150 a 200 m/s para finalmente pararse de nuevo en los polos.

El Polo Sur es muy brillante mientras que el ecuador es mucho más oscuro. Igualmente sorprendente es el hecho que la temperatura en el ecuador (que está más distante del Sol que el polo que mira a nuestra estrella) es más alta que en el polo que mira directamente al Sol.

Urano tiene 13 anillos que son más delgados y con menos materia que los de Saturno, por lo que son mucho más difíciles de observar. Las partículas que los componen son muy oscuras y van desde simples motas de polvo a rocas que van desde los 20 centímetros a los 20 metros de diámetro. Estos anillos son muy estrechos (la mayoría sólo tienen unos pocos Km. de anchura). Dos de sus satélites, Cordelia y Ofelia, actúan como satélites pastores de los anillos.

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