domingo, 11 de febrero de 2018

Si conduces... no fumes

(AZprensa) Los datos no pueden ser más significativos: El tiempo medio para encender un cigarrillo es de 4,1 segundos. En dicho tiempo se recorren 113 metros a 100 Km/hora, velocidad que requiere de una distancia aproximada a un campo de futbol para detener el vehículo que se conduce. Además, el tiempo medio para fumar un cigarrillo es de 3,4 minutos, esto supone que a una velocidad media de 100 Km/hora se recorren 6 Km.

Es por ello que según las estadísticas de la DGT, la conducción distraída o desatenta ha supuesto un 32% de las víctimas por accidentes de tráfico en 2017, y más del 60% de los accidentes se deben a la pérdida de contacto visual con la carretera.

Fumar mientras se conduce supone una distracción al volante, requiere que el conductor se vea obligado a conducir con una sola mano, mientras busca el cigarrillo, lo aproxima a la boca, busca el mechero y enciende el cigarrillo o si va echando las cenizas por la ventanilla del vehículo. Asimismo, el sostener el pitillo, impide abrir totalmente la mano y asir el volante con seguridad.

Sin embargo, actualmente hay un vacío legal en el Reglamento General de Circulación ya que no prohíbe fumar sino simplemente refleja que el conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción para garantizar su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de las vías.

Es por ello que la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), y la Sociedad Española de Medicina de Tráfico (SEMT) han reclamado a la Dirección General de Tráfico (DGT) que no se permita el consumo de tabaco durante la conducción. Esta petición formal subraya que la necesidad de hacer conscientes a los conductores de que es imprescindible evitar fumar dentro del vehículo independientemente de quién viaje en él, ya que “el consumo de tabaco afecta a la capacidad refleja, motora y cognitiva del conductor y puede ocasionar accidentes de tráfico en los que ocupantes, usuarios de la vía pública y el propio conductor se vean seriamente afectados”, en palabras de la Dra. Esther Redondo, coordinadora del grupo de trabajo de Actividades Preventivas de SEMERGEN.

Pero es que además, “fumar dentro de un vehículo perjudica la salud del propio conductor y disminuye su capacidad de concentración, ya que puede ocasionarle cefaleas, cansancio, fatiga, elevación de la presión arterial y mala oxigenación; también es nocivo para los acompañantes o fumadores pasivos, al encontrarse éstos en un habitáculo pequeño, mal ventilado y estar expuestos a una concentración de humo 30 veces superior a las de una vivienda”, comenta el Dr. Fernando Pérez Torralba, presidente de la SEMT.

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