(AZprensa) Después de
la tempestad viene la calma, y al comprobar que seguimos vivos no queda más
remedio que levantar la vista, alzar el paso y avanzar para continuar nuestro
camino rellenando una nueva viñeta en la historia de nuestra vida. Así lo
expresa este poema, “Fundido” (Vicente Fisac) del libro titulado “Resurrección”:
FUNDIDO
El silencio se ha
adueñado del entorno.
sobre el campo árido y
machacado
después de la batalla
se van apagando
los últimos rescoldos,
mientras suave
la brisa pasa besando
deseos caídos,
músculos cansados,
párpados pesados,
nucas que se apoyan en
los restos
para poder ver el
horizonte roto
para empezar a
imaginar un mundo nuevo.
A veces alguien, como
un fantasma, pasa
sin poder anular ese
silencio
y el paisaje no varía
mas cada vez contiene
menos.
La realidad materia
cada vez
está más sola
y en el brillo
impalpable del oxígeno
se disuelven los
objetos,
sólo va quedando la
estructura
de un mundo que fue
vivo y ahora
apenas será recuerdo.
Ha llegado la noche en
pleno día,
se han clavado el fin
y un silencio
sobre la escena de
unos años
que tuvieron su razón
de ser
y la perdieron.
Sin hacerse de noche,
matando sólo el
sonido,
la mano de Dios ha
borrado una escena
y su dedo me ha
empujado
a un paisaje blanco y
vacío
para edificar otra vez
-otra oportunidad
acaso sea-
para transmitir la
creación vibradora
y llenar de amor y de
sentido positivo
esta nueva viñeta que
ahora mismo piso.
¡Ya empiezo! ¡Ya voy!
¡Ya estoy listo!
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