(AZprensa)
Arthur Bolch ha conseguido gracias a su agudísimo sentido del humor, ser uno de
los autores más leídos del mundo, en especial con su libro “La Ley de Murphy”.
Su pesimismo existencial (“si algo puede salir mal, saldrá mal”) es un recurso
que sabiamente sirve para enganchar al lector y hacerle reír con aquello que de
por sí mismo no tendría la menor gracia.
En
el caso de la Medicina ha expuesto también algunas de sus “leyes”:
- El hecho de que su paciente
mejore, no demuestra que su diagnóstico sea correcto.
- Nunca diga “¡Vaya por Dios!”
si su paciente todavía está consciente.
- Si le sale bien a la
primera, intente no parecer demasiado sorprendido.
- Solo porque el médico sepa
el nombre de su enfermedad, no significa que sepa lo que es.
Sobre
la famosa Ley de Murphy se han hecho muchas adaptaciones y aportaciones desde
los más diversos ángulos. Entre ellas cabe destacar el mundo de los
laboratorios farmacéuticos visto desde la perspectiva de quienes trabajan en la
industria farmacéutica. Estas son algunas de esas leyes:
- La mejor acción de marketing
es la que acaba de hacer la competencia.
- El día que llegas media hora
antes al ambulatorio, el médico se retrasa ese mismo tiempo.
- El día que vas a un centro
grande y coges material para todos los médicos, ese día solo ves a dos.
Esta Ley tiene más probabilidades de cumplirse cuanto más pesado sea el
libro que tienes que entregar.
- Después de una hora de
esperar al médico, justo cuando sales a fumar un cigarrillo y acabas de
encenderlo, aparece el médico y tienes que apagarlo.
- El día que llueve siempre
tienes alguna actividad al aire libre.
- Cuantos más conocimientos tengas, menos ocasiones tendrás para utilizarlos.
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