(AZprensa) Es relativamente frecuente encontrarse con algún
bloguero/a que abrió en su día un blog con todo entusiasmo y al cabo de un poco
tiempo lo dejó olvidado. “Es que no se me ocurre qué poner”, es la respuesta
más frecuente cuando les preguntas el por qué de esa dejadez. “Es que no tengo
tiempo”, dicen otros sin cuantificar de cuánto tiempo estamos hablando.
Pero después les preguntas si de verdad les gustaría
mantener activo el blog y todos te responden que sí les gustaría pero por las
dos razones anteriores (es decir, por las dos sinrazones anteriores) no lo
hacen. Por eso quiero animar a todos aquellos que mantienen su blog en el
olvido o sólo lo alimentan de tarde en tarde, para que se conviertan en
blogueros activos aplicando unos sencillos trucos.
No sé qué poner
¿De verdad que no se te ocurre nada para compartir? Pues
la receta para hacerlo es muy sencilla: Ponte delante del teclado (o incluso
delante del papel en donde escribirás para luego pasarlo al ordenador) y piensa
que tienes frente a ti no a la pantalla del ordenador sino a tu mejor amigo o
amiga. Visualiza un encuentro relajado con él/ella. ¿No tienes nada que
contarle? Seguro que sí; hay mil temas: lo que hiciste en el finde, lo que te
pareció la película que viste, la moda que crees se llevará esta primavera, la
última tontería o corrupción que han hecho nuestros políticos, el accidente que
ha pasado en no sé dónde, lo que te ha parecido lo que acabas de ver en la
tele… Si tu amiga/o estuviese realmente frente a ti, no te cortarías un pelo y comenzarías
a hablar sin parar para contarle lo que has visto y lo que opinas.
Eso es lo que tienes que hacer, olvidarte que frente a ti
hay un teclado y una pantalla y ponerte a escribir de la misma forma en que se
lo contarías a tu amigo/a. Lo que pasa, es que cuando nos ponemos a escribir
queremos ser auténticos maestros de la literatura, de la narrativa y de la
gramática, y como no lo somos, nos cortamos y no sabemos cómo empezar por un
miedo estúpido a no estar a la altura de los grandes académicos de la Lengua.
Queridos blogueros/as, no hay que escribir como literatos
sino como personas normales, escribir igual que hablamos, aunque construyamos
mal las frases (porque así de mal las construimos cuando hablamos). El objetivo
no es hacer una obra maestra de la Literatura sino contarle algo a alguien y
que este nos entienda. Con tal que nos entienda el otro es suficiente. Lo
dicho: ponte a escribir igual que si estuvieras hablando, tanto en el tema que
abordas como en la forma de expresarlo.
No tengo tiempo
Lo ideal es crearse una rutina, encontrar un rato cada
día o un rato cada semana, para sentarnos frente al ordenador y compartir
nuestras experiencias, opiniones y/o visión del mundo que nos rodea. Ese rato
no tiene por qué ser muy largo, bastan unos minutos; en realidad escribir un
post puede llevar tan sólo cinco minutos. Y para aprovechar al máximo esos
minutos lo ideal es saber de antemano de qué vamos a hablar (es decir, a
escribir como si se lo estuviéramos contando a alguien) y para ello puede valer
un simple apunte en nuestra agenda cuando en un momento determinado del día se
nos ocurre que aquello que acabamos de ver, pensar o experimentar, merece ser
compartido. Si plasmas en una o dos frases qué es lo que quieres contar, luego
cuando te sientes frente al ordenador será como si le dijeses a tu interlocutor
invisible: “mira lo que había apuntado para no olvidarme. ¿Sabes que esta
mañana cuando iba… pasó esto… Fíjate que yo creo que… y además deberían…”. ¡Ah!
Y además no te olvides que una vez escrito el post puedes ponerle la fecha de
publicación que quieras; así, si un día estás muy inspirado y escribes dos o
tres, les puedes poner tres fechas de publicación diferentes ya que es mejor
escribir poco y con frecuencia que mucho de tarde en tarde.
¿Lo ves? No es tan difícil mantener vivo un blog.
Vicente Fisac
(Dedicado a Carla García, autora de “Undisclosed
Desires” y su deseo de compartir)
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