En la imagen se muestran las distintas profundidades a que se encuentra el agua, que varía desde tan solo 100 metros de profundidad hasta más de 1.000 metros. La actividad hidrotermal, con corrientes subterráneas de lava en aquella zona, han permitido que se conserve el agua de aquella zona en estado líquido, cubriendo una superficie de 852 kilómetros de ancho.
Hace 3.700 millones de años esta cuenca albergaba un gran mar con un volumen de 210.000 kilómetros cúbicos de agua. La mezcla de minerales que se han identificado a partir de los datos del espectrómetro, incluyendo serpentina, talco y carbonato y la forma y textura de las capas de gruesos lechos marinos, ha permitido certificar la existencia de depósitos hidrotermales en el fondo.
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