(AZprensa) La
Publicidad obra milagros y convierte un sencillo medicamento en algo
imprescindible para nuestra salud, o un simple tónico reconstituyente en aliado
indispensable para nuestra vitalidad; pero ¿se puede convertir un medicamento
en un adorno de Navidad? Eso es lo que yo hice una vez. Esta es la historia…
Hace ya
muchos años, cuando en la industria farmacéutica había libertad, imaginación y
creatividad, el Director General del laboratorio Latino-Syntex me preguntó si
podíamos regalar a los empleados una felicitación de Navidad que fuese
diferente al clásico “Christma”, es decir, esa tarjeta impresa con motivos
navideños que siempre se enviaba por correo o se adjuntaba a los regalos
navideños cuando no existía Internet, y sugirió que podía ser relativa a
nuestra vitamina C líder del mercado, la Cecrisina efervescente. Como los
comprimidos de la misma eran bastante grandes (equivalentes a una moneda de dos
euros) su envase era un tubo de metal de unos 18 centímetros de longitud. Se me
ocurrió que podíamos meter dentro del mismo varias bolas de Navidad, esas bolas
de colores que se cuelgan en el árbol de Navidad y, efectivamente, cabían
dentro del tubo cinco de esas bolas de pequeño tamaño. Pero eso no era
suficiente; tan importante como un regalo es la dedicatoria, y tan importante
como un medicamento es su prospecto. Por consiguiente se hacía necesario
redactar un prospecto acorde con el contenido tan especial que íbamos a dar a
los empleados. Cuando lo tuve redactado lo leí a mis compañeros y todos rieron
con la originalidad de la propuesta, aunque algunos mostraron sus reservas en
cuanto a que pudiese ser del agrado del Director General, un hombre de fuerte
carácter que cada vez que hablaba se hacía un silencio sepulcral en la sala.
Cuando llegó
el momento de la reunión habitual para tratar distintos temas relativos a
nuestro trabajo diario, surgió la pregunta: “¿Has preparado la felicitación de
Navidad de los empleados?”. Le respondí
que sí y le expliqué la forma en que lo había resuelto, junto con el coste de
la misma, el cual entraba dentro de lo razonable. “¿Qué dice el prospecto?”, me
preguntó. Entonces procedí a leerlo ante la tensa mirada de los compañeros que
no sabían cómo reaccionaría el Director General, si aceptándolo o mandándome a
la mierda a voz en grito al escuchar tantos disparates. Afortunadamente, todos
respiraron aliviados cuando vieron cómo se reía según iba leyéndolo y me daba la
enhorabuena al final. Este era el texto de aquél inusual prospecto de un
medicamento convertido en felicitación y adorno navideño:
CHRISTMACRISINA
BOLAS
Estimulante
de las defensas depauperadas
Composición:
2-metil-1-flúor-14-alfa-At.Bilbao-2-metil-llorona
en forma de bolas cristalizadas.
Características
generales:
El empleo de
la metil-llorona se remonta más allá del antiguo Egipto, y ya se incluían de 15
a 900 millones de gramos en las tumbas de los faraones, que las acogían con el
natural regocijo (dentro de lo que cabe para su tez un tanto sequilla).
Recientemente
el eminente investigador Dr. Casif ha descubierto que encasquetando un par de
metilos (de ahí su nombre: “metilos” = “los metí”), se obtenía mayor eficacia
terapéutica.
Con el
empleo de Christmacrisina bolas, por su acción anticabreriana de amplio
espectro, se obtienen biutiful resultados. En 20 (century fox) ensayos clínicos
realizados, merecen destacarse las siguientes propiedades: los mudos hablan,
los ciegos ven, los zurdos retornan a la derecha, las mujeres gastan menos (en
un 0,1% de los casos), y hasta las pagas extraordinarias saben a más.
Indicaciones:
Tristeza,
decaimiento, surmenage, menaje a tres, stress, sdoss, malauvítis, aburrimiento,
cabreítis, etc.
Dosis y modo
de empleo:
Sáquense las
bolas del tubo (una vez quitado el tapón, ya que de no hacerlo así costaría
ímprobo trabajo). Admírense extasiándose en su contemplación durante cinco
minutos. Después colóquense en el lugar navideño más apropiado.
Presentación:
Tubo con
cinco bolas cristalizadas con grato color a naranja natural.
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