jueves, 30 de junio de 2022

La luz en los planetas

(AZprensa) Un aspecto interesante a considerar es la cantidad de luz que recibe cada planeta. ¿Cómo veríamos si estuviésemos en cada uno de esos planteas? ¿Habría luz suficiente para distinguir lo que nos rodea? La medida que nos indica la luminosidad de cualquier objeto es el albedo, el cual es el porcentaje de radiación solar que refleja cualquier superficie. Una superficie clara como la nieve tiene un albedo muy alto (0,8 siendo 1,0 el máximo) y una superficie oscura como la ceniza volcánica tiene un albedo bajo (0,7 en este caso).

Aparte del albedo habría que considerar también la atmósfera, su densidad y composición, la cual hace que la luminosidad del planeta o satélite en cuestión se potencie o no. Un planeta con atmósfera tendrá más luminosidad que uno sin ella; en el primero –además- la luz estará más uniformemente repartida (como sucede en la Tierra) con una amplia variedad de intensidades y matices. Por el contrario en un cuerpo celeste sin atmósfera (o apenas sin atmósfera, como es , por ejemplo, la Luna) la luminosidad será menor y dependerá en exclusiva de la composición de su superficie; y en ese cuerpo además, las zonas que no reciban directamente la luz del sol estarán en completa oscuridad. En un planeta con atmósfera, el cielo se verá de color, de un color que dependerá según sea la composición de su atmósfera; por el contrario, en un planeta sin atmósfera, el cielo ser verá completamente negro, será un completo conjunto de contrastes de luz (allá donde ilumine el Sol) y negrura (allá donde la luz del Sol no llegue). Por consiguiente, la distancia a la que cada planeta o satélite se encuentre del Sol será un factor importante para comprender qué cantidad de luz hay en el mismo, pero no el único factor. 


Así se forja un escritor:

“Los primeros pasos de un escritor”: https://amzn.to/2OCXtzc



No hay comentarios: