(AZprensa)
La gente suele viajar a los lugares de costa, a los lugares donde hay más
gente, más fiestas, más aglomeraciones… y se olvidan que incluso en esas zonas
a las que viajan hay lugares de paz y belleza que harán más grato y placentero
tu viaje, y te harán descansar más que si vas a los focos turísticos. Esas zonas
son el interior, en donde suelen reinar la belleza y soledad de los paisajes
naturales y la vida sosegada de los pequeños pueblos.
Un
anuncio de la Diputación de Turismo de Zamora (España) mostraba las bellezas
naturales del interior de su provincia y ponía el slogan “La belleza interior”.
Sin embargo yo lo modificaría diciendo “La belleza está en el interior”, tanto
en el interior de las provincias y regiones a las que se viaje, como en el interior
de nosotros mismos, y para acceder al interior de nosotros mismos, el mejor
camino es el de la serena contemplación y disfrute de los paisajes naturales y
la vida tranquila de los pueblos, no el frenesí de carnavales, fiestas
populares, conciertos multitudinarios, etc.
Zamora
es un ejemplo para ese verdadero viaje interior que podemos emprender, pero el
billete sólo se compra cuando te atreves a intentar conocerte a ti mismo.
Para conocer un lugar, hay que conocer a sus gentes…
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