(AZprensa) Dos años después de que la variante Omicron fuera
detectada por primera vez en Botswana y Sudáfrica, sigue encontrando medios
para burlar a las vacunas y asaltar nuestro sistema inmunitario. Cuando este
nombre griego bautizó a esa nueva variante de coronavirus, ya habían sido
infectadas cinco millones de personas en todo el mundo, y cuatro mil millones
de personas habían sido vacunadas.
Como afirma el Dr. Adam Lauring, virólogo de la
Universidad de Michigan (Estados Unidos), es muy posible que Omicron sea un
compañero de la humanidad durante mucho tiempo con mutaciones regulares como la
gripe anual.
El New York Times recuerda que el gobierno de Estados
Unidos y otros países occidentales creían que podían combatirla simplemente
bloqueando los viajes de personas procedentes de Sudáfrica, pero para entonces Omicron
ya se había extendido mucho más de lo que imaginaban.
El Dr. Jacob Lemieux, especialista en enfermedades
infecciosas del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), afirma que
las propiedades infecciosas del Omicron surgen de decenas de mutaciones que han
modificado la superficie del virus, con el resultado de que las vacunas se
adhieren mal a él y, por tanto, no reducen su capacidad de penetrar en las células. "Fue el primer
virus que descubrió cómo escapar del sistema inmunológico", advierte Lemieux.
Los epidemiólogos pronto vieron diferencias
significativas entre los omicrones y las variantes anteriores. Menos
hospitalizaciones requirieron a pesar de que los micrones se instalaron en
ellas. Una de las razones de esto fue el número de personas que habían
desarrollado resistencia a las variedades anteriores. Parte de las defensas del
sistema inmunológico son células diseñadas para identificar y matar células
infectadas, y esa línea de defensa a menudo previene enfermedades graves
causadas por omicrones.
Esta nueva variante afectó luego a Estados Unidos y a la
mayoría de los demás países a principios del año 2022. Solo China logró
defenderse hábilmente con su no exenta de polémica política de "Covid
cero", que finalmente provocó protestas tan masivas que el presidente Xi
Jinping renunció a su cargo en noviembre. Más de mil millones de chinos fueron
infectados con omicrones y más de un millón murieron.
Los fabricantes de vacunas hicieron todo lo posible para
resistir la rotación de Omicron, incluidas las famosas inyecciones de refuerzo
dirigidas a la cabeza del omicron de la variante BA.5, así como una vacuna
dirigida específicamente contra la variante XBB.1.5, pero resultó ser demasiado
tarde.
"Ahora estamos en un período de caos", afirma
Marc Johnson, virólogo de la Universidad de Missouri (Estados Unidos). Por su
parte, el biólogo evolutivo Michael Lässig de la Universidad de Colonia (Alemania)
añade que ahora la mayor parte de la población mundial tiene algún tipo de
inmunidad al coronavirus, ya sea por infección previa, por vacunación o por
ambas cosas.
Todo esto conforma un ecosistema mucho más complejo en
donde, como expone Katrina Lythgoe, bióloga de la Universidad de Oxford (Reino
Unido), el desarrollo de nuevas vacunas se quedará cada vez más atrás en la
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