Las luces del norte

(AZprensa) Uno de los espectáculos más asombrosos que nos ofrece gratis y para nuestro disfrute la Naturaleza es el de las “luces del norte” (northern lights) que aquí conocemos como “auroras boreales”. Como todos los espectáculos de la Naturaleza, las auroras boreales no tienen un horario fijo de aparición, sino que sólo se producen en determinadas épocas y en circunstancias muy concretas. Veamos…
 
Para verlas hay que ir al hemisferio norte del planeta entre septiembre y mediados de abril, que es cuando la noche ocupa la mayor parte de las 24 horas del día. Además es necesario que el cielo esté claro, sin nubes ni lluvia, y que puedas ver las estrellas sin que interfiera la luz de ciudades cercanas. Diríamos que sólo la posibilidad de ver un cielo estrellado ya es de por sí un magnífico espectáculo, porque los que vivimos en grandes ciudades ya hemos olvidado qué es eso del cielo estrellado ya que sólo podemos ver la Luna y unas cuantas estrellas, pero no podemos apreciar el brazo de la espiral de la galaxia en donde está situado nuestro planeta. Ese brazo estrellado es lo que dio origen a su nombre, es que conocemos como “Vía láctea” y que sólo podemos ver cuando estamos lejos de la ciudad, en completa oscuridad y en una noche despejada.
 
Pero volviendo a lo de las auroras boreales, nos falta un último requisito, y ahí sí que no podemos hacer nada, salvo esperar y cruzar los dedos pidiendo suerte: Hay que esperar a que se produzcan explosiones solares que son las que dan origen a este fenómeno. Por eso, en muchos lugares del hemisferio norte, a donde acuden turistas para contemplar este espectáculo, suele haber en sus habitaciones de hotel un despertador que suena cuando estas aparecen, para que así puedan salir los turistas a contemplarlas.
 
Sólo cabe añadir que merece la pena verlas.
 

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