(AZprensa)
Cuando se escucha música –sobre todo cuando esa poesía es “música” y no “ruido”-
es más fácil conseguir la inspiración y escribir un poema. Así me sucedió hace
ya muchos años, cuando era joven, y escribí este poema mientras escuchaba la
canción “Il cielo en una stanza”, de Gino Paoli.
Si
comparas la letra de esta canción y el siguiente poema, verás que no tienen
nada en común, simplemente comparten ese hálito imperceptible de amor y
sensibilidad que sólo los poetas pueden captar y trasladar al papel.
Por
si tienes curiosidad por conocer algo más sobre Gino Paoli (desde luego su vida
da para una telenovela) aquí te dejo el enlace con este artículo publicado en “Diario
AZprensa” el pasado mes:
https://azpressnews.blogspot.com/2025/07/senza-fine-el-amor-eterno-y-tormentoso.html
En
cuanto al poema al que antes hacía referencia, aquí lo tienes para que lo
disfrutes mientras miras a ese cielo que es capaz de abrir la imaginación
aunque estés dentro de una habitación:
EL
CIELO EN UNA HABITACIÓN
Sentada
en un rincón
mirabas, cielo,
el cielo sin estrellas
de una habitación.
Miré tus ojos,
resplandecían,
y una luz lejana
me atraía
y me hacía pensar
cosas extrañas:
Era el amor,
era amor que nos llegaba.
Un
sí, y unidos de la mano
viajamos por el amplio espacio
de una habitación.
Después el ritmo
se olvidó.
Libres ya de las barreras,
muros altos,
dando vueltas y riendo.
íbamos huyendo,
como pasando.
Se
fue apagando la llama
del silencio,
y aquellos momentos
formaron ya
parte del nosotros.
Te acompañé por tu cielo
para no abrir la herida
de un tirón.
Así, poco a poco, paulatinamente,
es mejor.
Luego
miramos todo
por las quietas calles,
y en un rincón sin ecos
posé mis ojos en el cielo,
el cielo sin estrellas
de una habitación.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Tu último viaje”: https://amzn.eu/d/1zzOpM6
https://azpressnews.blogspot.com/2025/07/senza-fine-el-amor-eterno-y-tormentoso.html
mirabas, cielo,
el cielo sin estrellas
de una habitación.
Miré tus ojos,
resplandecían,
y una luz lejana
me atraía
y me hacía pensar
cosas extrañas:
Era el amor,
era amor que nos llegaba.
viajamos por el amplio espacio
de una habitación.
Después el ritmo
se olvidó.
Libres ya de las barreras,
muros altos,
dando vueltas y riendo.
íbamos huyendo,
como pasando.
del silencio,
y aquellos momentos
formaron ya
parte del nosotros.
Te acompañé por tu cielo
para no abrir la herida
de un tirón.
Así, poco a poco, paulatinamente,
es mejor.
por las quietas calles,
y en un rincón sin ecos
posé mis ojos en el cielo,
el cielo sin estrellas
de una habitación.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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