sábado, 27 de septiembre de 2025

Síndrome de Acumulación vs. Síndrome de Diógenes

(AZprensa) En un mundo donde el minimalismo está de moda, la acumulación de objetos puede parecer un simple capricho o desorganización. Sin embargo, para algunas personas, amontonar cosas va más allá de un mal hábito y puede ser señal de trastornos psicológicos como el Síndrome de Acumulación (o trastorno de acumulación, conocido en inglés como hoarding disorder) y el Síndrome de Diógenes. Aunque ambos implican acumular objetos y vivir en espacios desordenados, son condiciones distintas con causas, características y enfoques de tratamiento diferentes.
 
¿Qué tienen en común?
 
Ambos síndromes se caracterizan por la acumulación excesiva de objetos, que a menudo lleva a espacios inhabitables llenos de pertenencias, basura o materiales sin valor aparente. En los dos casos, las personas muestran una dificultad extrema para deshacerse de cosas, ya sea por apego emocional, miedo a necesitarlas en el futuro o simplemente por no percibir el problema. Esto puede generar condiciones insalubres (plagas, olores, riesgos de incendio) y conflictos con vecinos o familiares. Además, ambos trastornos están asociados con problemas psicológicos subyacentes, como ansiedad, depresión o dificultades para tomar decisiones, y suelen requerir intervención profesional para su manejo.
 
Sin embargo, las similitudes terminan ahí. Aunque a simple vista un hogar abarrotado pueda parecer el mismo en ambos casos, las motivaciones, el perfil de los afectados y las consecuencias difieren significativamente.
 
Síndrome de Acumulación: Un apego desmedido a las cosas
 
El Síndrome de Acumulación es un trastorno psicológico reconocido en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) desde 2013. Se define por:
Dificultad persistente para descartar objetos, independientemente de su valor real, debido a un apego emocional, creencia de utilidad futura o necesidad de conservar recuerdos.
Acumulación activa: Los afectados suelen buscar y recolectar objetos (como ropa, libros, electrodomésticos) de forma intencionada, no solo basura.
Espacios inhabitables: El hogar se llena hasta el punto de que cocinas, baños o camas quedan inutilizables, afectando la calidad de vida.
Angustia ante el descarte: Tirar algo genera ansiedad o malestar significativo, lo que lleva a evitarlo.
Conciencia parcial del problema: Muchas personas reconocen que su acumulación es excesiva, pero se sienten incapaces de parar.
 
Perfil típico: Afecta a personas de cualquier edad, aunque es más común en adultos (30-50 años). Puede estar asociado con trastornos como TOC, ansiedad, depresión o traumas. Por ejemplo, alguien que acumula revistas porque "podría necesitarlas para un proyecto" o guarda ropa vieja por su valor sentimental. Ejemplo práctico: Una persona con Síndrome de Acumulación podría tener una casa llena de cajas con ropa, libros y decoraciones, organizadas de forma caótica pero con cierto apego personal. Aunque el desorden moleste a su familia, la persona siente que cada objeto es importante y sufre al pensar en deshacerse de él.
 
Síndrome de Diógenes: Aislamiento y descuido extremo
 
El Síndrome de Diógenes, aunque también implica acumulación, es un trastorno más complejo que va más allá de los objetos y está ligado al autoabandono. Sus características incluyen:
Acumulación pasiva: No siempre buscan objetos activamente; acumulan basura, restos de comida o desechos por descuido o falta de acción.
Descuido de la higiene: Tanto personal (no bañarse, no cambiarse de ropa) como del hogar (viviendas insalubres con olores fuertes, plagas o moho).
Aislamiento social extremo: Rechazan el contacto con otros, evitan visitas y pueden mostrarse desconfiados o agresivos ante intentos de ayuda.
Falta de conciencia: A diferencia del Síndrome de Acumulación, los afectados suelen negar que haya un problema, incluso en condiciones extremas.
Riesgos de salud: El entorno insalubre aumenta el riesgo de infecciones, caídas o problemas respiratorios.
 
Perfil típico: Es más común en personas mayores (mayores de 65 años), especialmente aquellas que viven solas y han experimentado pérdidas (como la muerte de un cónyuge) o deterioro cognitivo (demencia, Alzheimer). Puede estar relacionado con trastornos psiquiátricos como esquizofrenia o depresión severa. Ejemplo práctico: Una persona con Síndrome de Diógenes podría vivir entre pilas de basura, envases vacíos y comida podrida, sin bañarse ni limpiar, y rechazar la ayuda de servicios sociales, convencida de que "todo está bien". La acumulación no necesariamente refleja apego, sino negligencia.
 
Diferencias clave: ¿Cómo distinguirlos?
 

Aspecto

Síndrome de Acumulación

Síndrome de Diógenes

Edad típica

Adultos de cualquier edad (30-50 años común)

Mayores de 65 años, aunque posible en jóvenes

Motivación

Apego emocional o utilidad percibida

Descuido, negligencia, falta de acción

Tipo de acumulación

Activa (buscan objetos específicos)

Pasiva (basura, desechos por abandono)

Higiene personal

Puede ser normal o leve descuido

Descuido extremo (no se bañan, no se cambian)

Conciencia del problema

Parcial, reconocen el desorden pero no actúan

Nula, niegan que haya un problema

Aislamiento social

Moderado, pueden mantener ciertos contactos

Extremo, rechazo total a la interacción

Asociaciones clínicas

TOC, ansiedad, depresión

Demencia, esquizofrenia, depresión severa

 
Un dato curioso: Mientras que el Síndrome de Acumulación es un diagnóstico formal en el DSM-5, el Síndrome de Diógenes no está clasificado como tal, sino que se considera un conjunto de síntomas asociados a otras condiciones, como demencia o trastornos psiquiátricos.
 
Impacto y tratamiento: Un desafío compartido
 
Ambos trastornos afectan la calidad de vida, generan conflictos familiares y pueden derivar en problemas legales (como desahucios por insalubridad). Sin embargo, el tratamiento varía según el caso:
 
Síndrome de Acumulación: La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el enfoque principal, ayudando a la persona a gestionar el apego emocional y aprender a descartar objetos. Los grupos de apoyo y la organización gradual del hogar son útiles. La medicación (como antidepresivos) puede complementar si hay ansiedad o depresión.
 
Síndrome de Diógenes: Requiere un enfoque multidisciplinario, con evaluación médica para descartar demencia o problemas psiquiátricos. Los servicios sociales suelen intervenir para limpiar el hogar, pero la resistencia del afectado complica el proceso. La reconexión social (centros de día, visitas regulares) es clave para reducir el aislamiento.
 
Ejemplo de intervención: Para alguien con Síndrome de Acumulación, un terapeuta podría trabajar en "desafíos" para tirar un objeto al día, mientras que en el Síndrome de Diógenes, un equipo social podría coordinar una limpieza respetuosa y un seguimiento psicológico para abordar la soledad.
 
¿Cómo ayudar? Empatía ante todo
 
Si conoces a alguien con estos comportamientos, evita juzgar o forzar soluciones. En el Síndrome de Acumulación, escucha sus razones para guardar cosas y ofrece apoyo para organizarse. En el Síndrome de Diógenes, contacta con servicios sociales o un médico, ya que el aislamiento y el descuido suelen ser más graves. En ambos casos, la paciencia y la comprensión son esenciales.
 
En resumen: Dos caras de la acumulación
 
El Síndrome de Acumulación y el Síndrome de Diógenes comparten el desorden como síntoma visible, pero sus raíces son distintas: uno es un apego emocional a los objetos, el otro un reflejo de abandono personal y social. Reconocer estas diferencias es clave para ofrecer la ayuda adecuada.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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