Los inicios: De Los Brincos a Juan y Junior
La carrera de Juan Pardo comenzó en la década de 1960,
cuando se unió a bandas como Los Vándalos, Los Relámpagos y Los Pekenikes,
antes de formar parte de Los Brincos, a menudo considerados los “Beatles
españoles”. Con Los Brincos, Pardo destacó como vocalista y compositor,
contribuyendo al éxito del grupo con su estilo pop-rock melódico. En 1968,
junto a Antonio Morales “Junior”, otro miembro de Los Brincos, formó el dúo Juan
y Junior, que logró éxitos como “Anduriña”, una canción que ya mostraba su
conexión con Galicia y su talento para combinar melodías pegajosas con letras
evocadoras.
Tras el fin del dúo en 1969, Pardo emprendió su carrera
en solitario con un álbum homónimo que incluía el exitoso sencillo “La
Charanga”. Este tema, con su ritmo alegre y su narrativa sobre la vida
cotidiana, marcó el inicio de una carrera en la que Pardo demostraría su
habilidad para contar historias a través de la música.
Un repertorio vasto y diverso
A diferencia de muchos cantautores que centran su obra en
un tema predominante, como el amor, el repertorio de Juan Pardo es un mosaico
de historias y emociones. Sus canciones abordan una amplia gama de temas, desde
la nostalgia y la identidad cultural hasta la introspección y la crítica
social, sin dejar de lado el amor, que aparece en muchas de sus composiciones,
pero nunca como único protagonista.
Entre sus canciones más conocidas está “No me hables”
(1981), un éxito internacional que alcanzó el número 3 en las listas alemanas y
fue un hit en países como Checoslovaquia, Países Bajos y Bélgica. Esta balada,
con su tono melancólico y letras que exploran el desamor, es un ejemplo de su
capacidad para conectar emocionalmente con el público. Sin embargo, Pardo no se
limitó a las baladas románticas. Canciones como “Mi Guitarra” (1973) y
“Conversaciones conmigo mismo” (1974) reflejan un enfoque introspectivo, donde
el artista dialoga consigo mismo sobre la vida y sus contradicciones, mientras que
“Un sorbito de champagne” (1984) aporta un toque festivo y desenfadado.
Su conexión con Galicia es un hilo conductor en su obra.
Álbumes como Galicia miña nai dos dous mares (1976) y Alma Galega (1997) son
homenajes a su tierra adoptiva, con letras que celebran su cultura, paisajes y
tradiciones. Canciones como “Miña nai dos dous mares” capturan la esencia de
Galicia con una mezcla de orgullo y nostalgia, mostrando cómo Pardo utiliza la
música para explorar la identidad regional.
Pardo también ha incursionado en temas espirituales y
existenciales. “En busca de Dios” (de su recopilación Grandes Éxitos)
reflexiona sobre la fe y la búsqueda de sentido, mientras que “Agua” aborda la
conexión con la naturaleza y la vida. Esta diversidad temática, combinada con
su habilidad para adaptar su estilo a géneros como la canción melódica, el pop,
el rock y el folk, lo distingue como un narrador versátil que no se encasilla.
El amor en las canciones de Pardo
Aunque el amor no es el único tema en su repertorio,
Pardo ha compuesto algunas de las baladas más emotivas de la música española.
Canciones como “Amar después de amar” y “Cuando te enamores” (ambas de Juan
Mucho Más Juan, 1980) son ejemplos de su capacidad para capturar las
complejidades del amor con letras sinceras y melodías envolventes. En “¿Por qué
me habrás besado?”, un dueto con Rocío Jurado, Pardo combina pasión y
melancolía, creando una pieza que resuena con generaciones de oyentes.
Sin embargo, incluso en sus canciones de amor, Pardo
introduce matices únicos. Por ejemplo, “María Magdalena” (de Grandes Éxitos) no
solo habla de amor, sino que evoca una narrativa casi mítica, mientras que “Lo
siento amor” explora la culpa y el arrepentimiento en una relación. Esta
capacidad para entrelazar el amor con otras emociones y experiencias hace que
sus canciones sean mucho más que simples baladas románticas.
Un compositor prolífico y productor visionario
Además de su carrera como intérprete, Juan Pardo es uno
de los compositores más prolíficos de España, con cerca de 850 créditos
registrados en la SGAE. Ha escrito y producido para artistas como Camilo Sesto,
Emilio José y Marisol, consolidándose como una figura clave en la industria
musical española durante las décadas de 1970 y 1980. Su trabajo como productor
también incluye la fundación de su propio sello, Erika, y las compañías de
producción Serie Pirata y Serie Piraña, lo que demuestra su visión empresarial
y su compromiso con el control creativo de su obra.
Entre sus composiciones más destacadas están “Palabras” y
“Flamenco”, que muestran su habilidad para fusionar estilos y narrativas. Su
álbum Pasión por la vida (1999), producido por los británicos Gay Wallis y Toby
Chapman, logró el triple platino, consolidando su relevancia en una nueva era.
Más recientemente, en 2025, Pardo lanzó los sencillos Senderismo Pasajero y
Vibraciones Altas, demostrando que, a sus 82 años, sigue activo y creativo.
Un legado multidimensional
Juan Pardo no es solo un cantante o compositor; es un
narrador que ha sabido capturar la esencia de la vida a través de la música. Su
capacidad para abordar temas tan diversos como el amor, la identidad, la
espiritualidad y la celebración de la vida cotidiana lo distingue de sus
contemporáneos. Su conexión con Galicia, su versatilidad estilística y su
prolífica labor como compositor y productor han dejado una huella imborrable en
la música española.
A lo largo de su carrera, Pardo ha demostrado que la
música puede ser un vehículo para contar historias universales, desde las
alegrías más simples hasta las reflexiones más profundas. Su legado, que abarca
desde los vibrantes días de Los Brincos hasta sus recientes lanzamientos, es un
testimonio de su talento y su capacidad para reinventarse. Juan Pardo no solo
canta al amor; canta a la vida en todas sus facetas, y por eso su música sigue
resonando con generaciones de oyentes.
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