martes, 2 de septiembre de 2025

Productos de marca blanca: Calidad sin tonterías

(AZprensa) En los últimos años, los productos de marca blanca han ganado un lugar destacado en las cestas de la compra de millones de hogares. Lejos de ser considerados una opción de "segunda categoría", estas alternativas que ofrecen supermercados como Carrefour, Alcampo, BM, Mercadona o Lidl han demostrado que calidad y precio competitivo pueden ir de la mano.
 
El secreto detrás de su éxito radica en un hecho poco conocido: la mayoría de estos productos son fabricados por empresas de primera calidad, e incluso, en muchos casos, por marcas líderes que producen en exclusiva para las cadenas de distribución.
 
El secreto detrás de los productos de marca blanca
 
Los productos de marca blanca, también conocidos como marcas propias o marcas de distribuidor, son aquellos comercializados bajo el nombre de la cadena de supermercados, como Hacendado (Mercadona), Auchan (Alcampo), Carrefour, Eroski o Dia. A diferencia de las marcas tradicionales, estos productos no suelen invertir en campañas publicitarias masivas ni en envases sofisticados, lo que permite ofrecer precios más bajos. Sin embargo, esto no significa que escatimen en calidad. De hecho, detrás de estos productos hay un proceso de fabricación cuidadosamente supervisado por los supermercados, que exigen estándares elevados a sus proveedores.
 
Uno de los grandes secretos de las marcas blancas es que, en muchos casos, son producidas por fabricantes de renombre que también elaboran productos para marcas líderes. Las cadenas de supermercados firman acuerdos exclusivos con estas empresas para fabricar productos bajo su marca propia, aprovechando sus instalaciones, experiencia y controles de calidad.
 
Veamos unos ejemplos…
 
Lácteos: En España, marcas blancas de leche, yogures o quesos de supermercados como Carrefour o Alcampo suelen ser fabricadas por empresas como Central Lechera Asturiana, Capsa Food o García Baquero. Estas compañías utilizan las mismas líneas de producción y estándares de calidad para los productos de marca blanca que para sus propias marcas.
 
Conservas: Empresas como Conservas Ortiz o Calvo, reconocidas por sus conservas de pescado de alta calidad, han sido señaladas como fabricantes de atún o sardinas para marcas propias de cadenas como Mercadona o Lidl. Esto garantiza que el producto final cumpla con los mismos criterios de frescura y sabor.
 
Aceite de oliva: Marcas de prestigio como Carbonell o Coosur producen aceite de oliva para marcas blancas de supermercados. Según estudios del sector, el aceite de oliva virgen extra de marcas propias a menudo comparte origen y calidad con los de marcas reconocidas, pero a un precio más asequible.
 
Pasta y salsas: Empresas como Gallo o Barilla, líderes en el mercado de pastas, han fabricado productos para marcas blancas de cadenas como Eroski o Dia. Lo mismo ocurre con salsas de tomate, donde fabricantes como Orlando producen para supermercados.
 
Dulces y chocolates: En el caso de los chocolates o galletas, marcas blancas de Lidl o Carrefour han sido vinculadas a fabricantes como Valor o Artiach, que aplican las mismas recetas y procesos para garantizar un sabor excepcional.
 
Esta relación entre marcas líderes y marcas blancas no es casualidad. Los supermercados seleccionan a sus proveedores tras rigurosos controles de calidad, asegurándose de que los productos cumplan con normativas europeas y expectativas del consumidor. En muchos casos, el producto de marca blanca es idéntico o muy similar al de la marca líder, con diferencias mínimas en el envasado o en pequeños ajustes de la receta para adaptarse al precio objetivo.
 
El caso de Mercadona: Un modelo de éxito
 
Mercadona es un ejemplo paradigmático de cómo las marcas blancas pueden conquistar al consumidor. Su marca Hacendado, junto con Bosque Verde (limpieza) y Deliplus (cosmética), representa más del 50 % de las ventas de la cadena. La empresa trabaja con "interproveedores", fabricantes especializados que producen exclusivamente para Mercadona, como Casa Tarradellas (pizzas y embutidos), SPB (cosmética) o RNB (perfumes). Estos proveedores invierten en innovación y calidad, lo que ha permitido que productos como las pizzas frescas de Hacendado o los perfumes de Deliplus sean comparados favorablemente con marcas premium.
 
Un caso curioso es el de los perfumes de Mercadona. Según expertos en perfumería, algunos de sus aromas son fabricados por RNB, que también produce para marcas de lujo, y están inspirados en fragancias de alta gama como Creed o Lancôme. Este fenómeno demuestra que las marcas blancas no solo igualan la calidad de las marcas tradicionales, sino que a veces ofrecen alternativas comparables a productos de lujo a una fracción del precio.
 
¿Por qué son más baratos? Si los productos de marca blanca son fabricados por las mismas empresas que producen marcas líderes, ¿por qué cuestan menos? La respuesta está en la estrategia comercial:
 
Menos gasto en marketing, es decir, las marcas blancas no invierten en publicidad masiva, patrocinios ni campañas en redes sociales, lo que reduce significativamente los costos.
 
Envases sencillos: Los supermercados optan por diseños minimalistas y empaques económicos, priorizando el contenido sobre la estética.
Economías de escala: Las grandes cadenas compran enormes volúmenes, lo que les permite negociar precios más bajos con los fabricantes.
Distribución directa: Al venderse exclusivamente en sus propias tiendas, los supermercados eliminan intermediarios, reduciendo costes logísticos.
 
Estos ahorros se trasladan al consumidor, que obtiene un producto de calidad comparable a un precio más competitivo. Según un informe de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) de 2024, los productos de marca blanca pueden costar entre un 20 % y un 50 % menos que sus equivalentes de marca líder, sin comprometer la calidad.
 
Rompiendo el estigma
 
A pesar de sus ventajas, las marcas blancas aún enfrentan prejuicios. Algunos consumidores asocian el menor precio con una calidad inferior, un mito que los estudios desmienten. La OCU ha realizado múltiples análisis comparativos, demostrando que, en categorías como aceite, café, detergentes o conservas, las marcas blancas obtienen puntuaciones similares o superiores a las marcas tradicionales en sabor, textura y eficacia. Además, las cadenas de supermercados están invirtiendo cada vez más en diversificar su oferta de marcas propias, incluyendo productos ecológicos, sin gluten o veganos. Por ejemplo, Lidl ha ampliado su línea de productos bio, mientras que Carrefour ofrece gamas específicas para dietas especiales, todas fabricadas por proveedores de confianza.
 
El auge de las marcas blancas no muestra signos de desaceleración. Según datos de NielsenIQ, en 2024 las marcas propias representaron más del 40 % de las ventas en los supermercados españoles, una tendencia que se replica en Europa. Los consumidores, cada vez más conscientes de su presupuesto y exigentes con la calidad, ven en estas marcas una opción práctica y fiable.
 
En un mercado donde la inflación sigue siendo un desafío, los productos de marca blanca ofrecen una solución sin complicaciones: calidad sin tonterías. La próxima vez que pasees por los pasillos de Carrefour, Alcampo o BM, recuerda que detrás de ese envase sencillo puede estar el mismo fabricante que produce tu marca favorita, ofreciéndote lo mejor de ambos mundos: un producto excelente a un precio que no duele al bolsillo.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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