jueves, 3 de marzo de 2016

De “remedio medicinal” a “específico”

(AZprensa) A finales del siglo XIX las farmacias contaban con una amplio catálogo de principios activos e instrumental de laboratorio puesto que el farmacéutico debía preparar él mismo la mayor parte de los remedios medicinales y necesitaba, por tanto, contar con un catálogo y stock suficiente, así como con el instrumental necesario para preparar muchos de los medicamentos que se dispensaban. Existía también una lista de precios oficiales a la que debían atenerse, así como unas bases generales para establecer el precio de aquellos otros preparados que no estuviesen previamente catalogados. Más adelante se bautizaría al producto final como “específico”, si bien esto se legalizó años más tarde con fines fiscales únicamente. Eran los primeros años de la industria farmacéutica, como tal “industria” en nuestro país y uno de aquellos primeros específicos era, por ejemplo, la “Pomada antihemorroidal del Dr. Fisac”, del farmacéutico de Daimiel, Deogracias Fisac.

Se trataba de pomada de uso tópico para el tratamiento de las hemorroides. No hay constancia de cuál podía ser su composición ya que no era la norma indicarla en anuncios ni siquiera en los envases. Podemos saber, por los anuncios de la época que “esta inmejorable pomada hace desaparecer en muy corto tiempo los casos más rebeldes de hemorroide que se puedan presentar” y especificaban que “se expende en tarritos de tres tamaños, al precio de dos, cuatro y ocho reales”.

De todo esto se habla en el libro "Una lágrima es un beso" en donde se recoge la biografía del médico, periodista y poeta, Gaspar Fisac Orovio (1859-1937).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Te conmino a que me aclares si la pomada es relación directa de tu padre. O sea lo que se llamaba (o se siguen llamando): Una formula magistral

Vicente Fisac dijo...

El inventor de esta fórmula era Deogracias Fisac, hermano de mi abuelo, y la vendía no sólo en su farmacia de daimiel sino que también la "exportaba" a otras farmacias de toda España. En aquella época (finales s.XIX) la "industria farmacéutica" estaba en la trastienda de las boticas.