(AZprensa) Con motivo de la celebración ayer del “Día Mundial del
Sueño”, la Sociedad Española de Neurología (SEN) nos ha recordado que las
condiciones ambientales que nos rodean a la hora de dormir (como puede ser la
temperatura de la estancia, el ruido o la luz) pueden desempeñar un papel
significativo a la hora de tener una buena calidad de sueño. Por ejemplo, un
reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de
Stanford (Estados Unidos) señalaba que el alumbrado nocturno de las calles,
y especialmente el de las grandes ciudades, podía interferir en nuestro sueño y
provocar que nuestro descanso no sea suficientemente reparador. Pero también lo
son otros condicionantes como la comodidad de la cama, la ingesta de ciertos
alimentos o bebidas o el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarnos.
El 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un
10 y un 15% (es decir, más de cuatro millones de adultos españoles), sufre de
insomnio crónico. Tras el insomnio, los trastornos del sueño más comunes son el
síndrome de apneas-hipopneas del sueño y el síndrome de las piernas inquietas.
El síndrome de las piernas inquietas afecta aproximadamente a un 5% de la
población, siendo las personas mayores de 50 años las más propensas a sufrirlo;
mientras que el síndrome de la apnea del sueño afecta a un 2-4% de la
población, principalmente a varones adultos con sobrepeso y a mujeres que han
pasado la menopausia.
En cuanto a la apnea del sueño, la SEN estima que entre el 60% y el 80%
de los pacientes están sin diagnosticar y que incluso, en algunos casos, no se
detecta hasta los 10 años de haber comenzado a tener los primeros síntomas, por
lo que su incidencia podría ser mayor.
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