(AZprensa) La Sociedad Española de
Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) alerta sobre la
necesidad de incluir al menos dos autoinyectores de adrenalina en los botiquines
de los colegios. El objetivo es incidir en los riesgos que pueden correr los
niños alérgicos en caso de sufrir una reacción anafiláctica y no contar con una
atención precoz.
“Aunque un niño alérgico siempre debe llevar
consigo el tratamiento de rescate, es preciso que también esté disponible, no
sólo en la escuela sino en todos aquellos espacios tanto públicos como privados
en los que haya población infantil alérgica con riesgo de sufrir una reacción
anafiláctica”, según explica el doctor Sánchez Salguero. Y es que aunque la
mortalidad por esta causa es baja (inferior al 2%) “hay que tener en cuenta que
son muertes evitables que sufren niños sanos. Para ello se deben aplicar todas
las medidas de prevención necesarias y tratar de manera precoz los síntomas de
alarma”, añade este especialista.
En cuanto aparezcan los primeros síntomas de
anafilaxia “se debe administrar lo antes posible la adrenalina para evitar su
evolución”, indica el doctor Sánchez Salguero. Ésta actúa en muy corto tiempo,
y puede salvar vidas en caso de reacción extrema. “Si hay riesgo se debe
inyectar antes de pedir asistencia médica, para que vaya haciendo efecto, y si
se piensa que podría ser necesaria, lo mejor es no dudar y administrarla”,
comenta. “Si existe exantema, se aplicarán antihistamínicos y si la anafilaxia
cursa con asma, broncodilatadores”, indica.
Pero esto conlleva también la necesidad de
formación de los profesores ya que el 90% de ellos no sabe cómo administrar un
autoinyector y seis de cada diez no saben lo que es la anafilaxia. Por
consiguiente lo ideal es que en cada centro educativo en el que existan niños
con alguna enfermedad alérgica se disponga también de un protocolo de shock
anafiláctico para que sepan cómo actuar.
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