(AZprensa) Cada año, la capa de agua de mar
congelada flotando en la superficie del Océano Ártico y sus mares vecinos se
derrite durante la primavera y el verano y vuelve a crecer en los meses de
otoño e invierno, alcanzando su punto máximo anual entre febrero y abril. Desde
1979 se viene midiendo su extensión y este año ha vuelto a alcanzar un mínimo
casi histórico (sólo ligeramente por debajo del registrado el año pasado); en
concreto ya son 13 años consecutivos en que la máxima extensión alcanzada en
invierno por el hielo del Ártico es la más pequeña registrada en los últimos 37
años: poco más de 14 millones de kilómetros cuadrados.
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