(AZprensa) Son más de 80 los trastornos identificados
relacionados con el sueño. Alrededor de un 10 por ciento de la población en
nuestro país padece insomnio crónico, y una cifra similar necesita medicación
para dormir. Por otro lado, el número de personas que padece algún trastorno
del sueño ha aumentado durante los últimos tiempos. Por ejemplo, el síndrome de
apnea del sueño afecta a cerca de un seis por ciento de los individuos, y dada
su relación con la obesidad, es probable que el porcentaje crezca en un futuro.
Según la Sociedad Española del Sueño, en España, como en el
resto de los países de nuestro entorno, los trastornos del sueño constituyen
cada vez más un problema de salud pública, tanto por su dimensión como por su
escaso grado de reconocimiento y tratamiento. Gran parte de los trastornos del
sueño se relacionan con la morbilidad, el incremento del riesgo cardiovascular
y la diabetes. Además, la somnolencia excesiva es uno de los factores
principales de accidentalidad y está vinculada a uno de cada cuatro siniestros
en carretera.
Pero si en la población adulta muchos de estos síndromes son
desconocidos, en la edad infantil el problema se acentúa aún más, lo que
reviste una importancia añadida, debido a sus consecuencias en el desarrollo y
el aprendizaje. Esto corrobora la importancia que tanto para los pacientes como
para los profesionales sanitarios tiene un adecuado reconocimiento del sueño y
sus trastornos.
Como señalaba el doctor Francisco Javier Puertas, “nadie
sabe por qué dormimos, pero todo el mundo está de acuerdo en que el sueño es
una función biológica esencial e inevitable, que constituye un privilegio y un
derecho de todo el mundo”, añadiendo que “el sueño debe ser reconocido como una
actividad fisiológica agradable, de carácter reparador, refrescante y
energizante. Cuando el sueño falla, por exceso o por defecto, se alteran o
debilitan muchas funciones fisiológicas y psicológicas, con sus
correspondientes consecuencias en el organismo”. Y es que, en efecto, el sueño
es un aspecto olvidado que influye transversalmente en todas las enfermedades y
hábitos saludables.
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