(AZprensa) Al ponerme a escribir la crónica de esta semana
no tengo ninguna duda sobre el tema a comentar, primero por su trascendencia y
segundo porque ha pasado completamente desapercibido (quién sabe si por
vergüenza nacional); me refiero en concreto a la bofetada de realidad que nos
ha dado Antonio Banderas.
En su paso por el programa “El hormiguero”, de Antena 3,
Antonio Banderas habló de algunas diferencias entre Estados Unidos y España,
entre Norteamérica y nuestro país. Como ejemplo citó una encuesta realizada en
una Universidad española y su equivalente en una Universidad de Estados Unidos.
Se preguntaba a los estudiantes qué querían ser en el futuro y, mientras el 75
por ciento de los españoles manifestaban que querían ser funcionarios, el 75
por ciento de los estadounidenses manifestaban que querían ser empresarios de
su propio negocio.
Más allá de la exactitud matemática de este ejemplo, las
conclusiones son demoledoras. La mayoría de los jóvenes españoles aspiran a
vivir sin esforzarse, a trabajar poco o nada y recibir a cambio un sueldo que
les permita ir tirando, buscan seguridad y mediocridad, la ley del mínimo
esfuerzo. Por el contrario los jóvenes de Estados Unidos son emprendedores, quieren ser dueños de
sus propias vidas, tienen ideas e ilusiones y quieren llevarlas a cabo, están
dispuestos a trabajar todo lo que haga falta y a esforzarse para hacer realidad
sus sueños.
Antonio Banderas, con su habitual simpatía y naturalidad,
nos dio una bofetada de realidad. El que quiere triunfar puede triunfar (aquí y
allí), pero eso exige mucho esfuerzo y mucho riesgo, eso exige fracasar y
volver a intentarlo. Y los norteamericanos no son más listos que nosotros ni
tienen más y mejores ideas, lo que tienen son ganas de trabajar y de labrarse
su propio camino, no de protestar por todo sin hacer nada por remediarlo, como
los españoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario