(AZprensa) El laboratorio Janssen acaba de lanzar en España Trevicta (palmitato de paliperidona), el
antipsicótico con mayor espaciamiento entre dos dosis: una inyección
intramuscular cada tres meses. Su
principio activo bloquea los receptores de los neurotransmisores dopamina y
serotonina, lo que ayuda a normalizar la actividad cerebral, que se encuentra
alterada en el cerebro de los pacientes con esquizofrenia.
“El tratamiento de la
esquizofrenia ha mejorado mucho en los últimos años gracias al elevado grado de
respuesta terapéutica de los nuevos antipsicóticos y a su mejor tolerabilidad,
pero aún presentan el hándicap de que tienden a ser abandonados por los
pacientes porque se trata de tratamientos prolongados”, ha declarado a este respecto el Dr. Miquel Bernardo, director de la
Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic (Barcelona). Este factor de
cronicidad, sumado a que la esquizofrenia es una patología en la que los
pacientes tienen poca conciencia de enfermedad “hace que las tasas de
adherencia a la medicación sean bajas”.
Como explica el Dr.
Fernando Cañas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico
Rodríguez Lafora (Madrid), “la baja adherencia a la medicación puede deberse a un
abandono de la misma o a una subdosificación, que conlleva una pérdida de
eficacia. La principal consecuencia de una mala adherencia al tratamiento es
una tasa más elevada de recaídas que serían evitables; con mayor índice de
rehospitalizaciones e ingresos más prolongados. Por eso, en la esquizofrenia la
adherencia al tratamiento es clave”, subraya el Dr.
Bernardo.
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