domingo, 29 de enero de 2017

No habrá transparencia en la industria farmacéutica mientras...

(AZprensa, Editorial) Hace unos días la patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria, organizó una jornada para reforzar su compromiso con la transparencia. Según ellos, si se dispone de un Código de Buenas Prácticas (que significa actuar de modo correcto, como si lo habitual fuese lo contrario), y se publican los datos de aquellos profesionales u organizaciones que reciben generosamente su dinero, fuese suficiente. Pero no se dan cuenta que para que haya transparencia tiene que haber “buenas prácticas” no “buenas intenciones”.

No podrá haber transparencia en la industria farmacéutica mientras la mayoría de los laboratorios:
- No disponga de un departamento de Comunicación propio (aunque parezca mentira, sólo algunos laboratorios disponen de él).
- Dicho departamento esté dirigido por profesionales de la Comunicación.
Dicho departamento cuente con la confianza de la Presidencia y con la independencia suficiente para ejercer su función con libertad y profesionalidad.
El departamento de Comunicación sea quien elija los temas a comunicar (en base a su interés periodístico) en vez de estar bajo el dictado de Marketing (interés comercial), el yugo de los departamentos Médico y de Registro (lenguaje técnico incomprensible para el público general), y la represión de los abogados internos (se trata de notas de prensa no de cláusulas de un contrato).
Sus comunicados y notas de prensa estén escritos por los propios periodistas del departamento y en lenguaje y estilo periodísticos, pensando en el interés del lector (no en el interés de los directivos del laboratorio).
Sus comunicados y notas de prensa no tengan que pasar censura previa del departamento de Marketing y de sus abogados internos.
Sus directivos estén siempre disponibles para atender los requerimientos de los periodistas.
Sus directivos portavoces hayan recibido la formación necesaria para hablar en público ante los medios.
Su departamento de Comunicación actúe con la inmediatez y claridad que requiere el mundo de la información.
Sus páginas web dispongan de información accesible (sin registros previos ni contraseñas) para todos: público y periodistas (a fin de cuentas los periodistas van a hacer llegar esa información al público).

Pero, ojo, tampoco podrá haber transparencia mientras los periodistas que den información sobre un curso, un libro o una actividad cualquiera patrocinada, se callen el nombre del laboratorio patrocinador pensando erróneamente que decirlo es hacerles “publicidad”. ¿Quién es entonces el poco transparente, el laboratorio que paga esa actividad o los periodistas que dan la información ocultando al lector el nombre del laboratorio que la ha pagado? 

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