(AZprensa) El alcohol por su efecto neurotóxico produce daño
cerebral y neuronal que son intensos a nivel del Hipocampo, Hipotálamo y
Cerebelo. Esto tiene una afectación directa en la memoria y la capacidad de
aprendizaje. Otra área afectada sería el Córtex Prefrontal, lo que tiene una
relación directa con la disfunción ejecutiva. “Aunque el daño es difuso y
generalizado, las partes más afectadas son las que regulan la planificación.
Por ello la toxicidad cerebral del alcohol vuelve a los consumidores más
impulsivos y reduce su capacidad para responder a las demandas sociales,
familiares y laborales del día a día”, explica Gerardo Flórez, psiquiatra de la
Unidad de Conductas Adictivas del Complejo Hospitalario de Ourense.
La atrofia cerebral causada por el abuso del alcohol
produce un daño claro en la sustancia blanca y gris y la consiguiente destrucción
de neuronas. Cuando el consumo desproporcionado de alcohol llega a causar
demencia, esto dificulta el tratamiento, explica Flórez: “Dado que el principal
daño se produce en las estructuras del cerebro que regulan la planificación de
la conducta se teme que los pacientes con más daño cerebral, y, por lo tanto, más
deterioro cognitivo respondan peor a las intervenciones psicoterapeúticas,
especialmente las de tipo cognitivo – conductual”.
El deterioro cognitivo, sobre todo en lo que se refiere a
la planificación, puede dificultar la desintoxicación y deshabituación del
paciente. Sin duda, el paciente precisará de más apoyo. Además, una vez
desintoxicado y deshabituado las alteraciones cognitivas pueden suponer un
importante problema en el día a día con el que el paciente y sus familiares no
contaban.
Los consumos de atracón son más dañinos ya que implica que
grandes cantidades del agente tóxico alcancen el cerebro y permanezcan en él
hasta que el hígado complete su metabolización. “Hay que recordar que la
tolerancia al alcohol es cerebral y no hepática”. Estas ingestas masivas
conllevan que cantidades muy significativas de alcohol permanezcan en el
organismo, y por ello en el cerebro, durante horas, produciendo un daño
directo. “Esto no quiere decir que el consumo abusivo que no se realiza en
atracón sea seguro, simplemente es menos dañino, pero al final producirá su daño”,
matiza el profesional y añade: “Este modo de consumo en atracón, puede hacer
que en el futuro nos encontremos con mayores problemas de demencias en las
personas con adicción, dado el consumo en forma de atracón que están realizando
a día de hoy los jóvenes”.
El grado de daño causado al cerebro y el grado de demencia
alcohólica va a depender de cantidad de alcohol consumida, de cómo se ha
consumido, y de los déficits nutricionales que ha traído el consumo abusivo de
alcohol. Sin embargo, las alteraciones son parcialmente reversibles, dependen
del nivel de daño adquirido. “Podemos establecer que tras un año de abstinencia
completa existe una reversibilidad del 50%, esto como regla general”. Esto es
reversible si se alcanza la abstinencia prolongada, lo que permitirá recuperar
parte de las perdidas producidas a nivel cerebral. Esto irá acompañado de una
mejoría de las funciones cognitivas y motoras, aunque la velocidad será lenta,
sobre todo en lo referente a las funciones ejecutivas. Además, hay que destacar que las mujeres son aún más
vulnerables a los efectos neurotóxicos del alcohol, lo que implica también una
recuperación más lenta.
El daño cerebral causado por el alcohol puede ir desde un
deterioro cognitivo leve, pasando por un trastorno amnésico persistente (o Síndrome
de Korsakoff), hasta la demencia grave. Este daño cerebral, causado por el alcohol, puede ser
parcialmente reversible cuando el paciente deja de tomar bebidas alcohólicas
por completo, sobre todo en las primeras etapas, cuando el deterioro cognitivo
es todavía leve. Sin embargo, una vez llegado a la demencia alcohólica el
deterioro es ya persistente, como sucede con la demencia de Alzheimer, con la
cual se suele confundir, ya que presenta los mismos síntomas.
Una vez instaurado el deterioro cognitivo, el consumo de
bebidas alcohólicas va a producir una grave desorganización del comportamiento
del paciente, con potenciales graves consecuencias inter-personales, además de
la discapacidad persistente, la cual seguirá empeorando progresivamente.
Mientras que si, con la ayuda de un tratamiento especializado del alcoholismo,
consigue mantenerse sin tomar bebidas alcohólicas, sus alteraciones del
comportamiento y su desadaptación serán mucho menores, a pesar de la
persistencia de su deterioro cognitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario