jueves, 10 de enero de 2019

La luz también cura, y en este hospital siempre es primavera


(AZprensa) El ritmo circadiano es el reloj biológico que regula nuestras horas de sueño y de vigilia. Numerosos estudios científicos demuestran que la falta de luz, y más concretamente, la centrada en 480 nm de longitud de onda, estimula en nuestro organismo la producción de melatonina, que controla que el reloj se ponga a cero cada 24 horas y nos protege de enfermedades inflamatorias y del envejecimiento. Todos sabemos que la exposición a la luz natural tiene muchos beneficios para la salud: facilita el descanso nocturno, mejora el rendimiento escolar, e incluso reduce significativamente las posibilidades de sufrir enfermedades mentales a ciertas edades.

Está demostrado que la iluminación artificial de interiores afecta a la producción de melatonina de la población en general y modifica los patrones de sueño en aquellas personas que conviven en entornos cerrados sin acceso a la luz solar. Esto es especialmente relevante en los pacientes de larga estancia en centros hospitalarios, que pueden sufrir desorientación o delirios, y en el personal sanitario que trabaja en turno de noche.

Por todo ello el nuevo paso que ya están dando algunos hospitales es incorporar la nueva tecnología multiespectral de LED para mejorar el estado de ánimo, el confort y la recuperación de los pacientes creando entornos adaptados al ciclo circadiano de las personas. La empresa que desarrolla esta tecnología, LEDMOTIVE, ya ha empezado a instalarla en el hospital Vall D’Hebrón, de Barcelona.

Esta tecnología LED permite reproducir la luz natural, incluyendo sus cambios a lo largo del día, con la máxima calidad visual y sin recurrir a intensidades lumínicas elevadas, garantizando un alto grado de confort. Todas las propiedades de la luz se encuentran en el espectro: esta tecnología combina la luz de 7 canales de color diferenciados para producir cualquier espectro de luz en el rango visible, pudiendo eliminar o modificar aquella que produzca los efectos más nocivos, como la luz azul-violeta, por ejemplo.

En el caso de un hospital esto facilita aplicar los beneficios de la luz natural a la recuperación de los pacientes críticos, así como mejorar la orientación y reducir los delirios en pacientes con ingresos de larga estancia. El sistema facilita, además, la eliminación completa de la luz azul cuando así se requiera para favorecer la producción de melatonina.

Se puede programar una secuencia de iluminación para ciclos circadianos que oscile entre la luz de una salida de sol hasta su puesta reproduciendo las variaciones horarias de la luz solar, y así sincronizar nuestro reloj biológico mediante la iluminación artificial cuando haya razones que impidan tener acceso a una exposición natural.

Por ejemplo, en la UCI del Hospital barcelonés Vall d’Hebron se ha establecido como pauta lumínica la correspondiente al día 21 de marzo, por lo que en este entorno siempre es primavera. Y esto es algo que ayuda no sólo a los pacientes, sino también al personal sanitario sometido a turnos constantes.

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