(AZprensa)
Muy poco se ha hablado de la misión japonesa Hayabusa-1 a pesar de ser la primera que ha conseguido traer
muestras de la superficie de un asteroide
hasta la Tierra en donde todavía están siendo analizadas ante el desconcierto
de los científicos. Esta es su historia:
Hayabusa
significa “Halcón” y con ella Japón consiguió ser el primer país en traer
muestras de un asteroide hasta la Tierra y aterrizar no una, sino hasta dos
veces, para recoger muestras de distintos lugares. Fue lanzada en el año 2003 y
se posó sobre su superficie en el año 2005; siete años después de su
lanzamiento, en 2010, regresó con éxito a la Tierra.
Itokawa (ver imagen inferior) es un
minúsculo asteroide con forma de patata y unas dimensiones de 500 x 300 x 200
metros y un periodo orbital alrededor del Sol de 555 días. Su superficie es
irregular y sin cráteres.
Su
viaje estuvo lleno de contratiempos, como una enorme llamarada solar en
noviembre de 2003 y la pérdida de dos de sus tres ruedas de reacción, a lo que
había que sumar la minúscula gravedad del asteroide que impedía poner la nave
en órbita. Sin embargo los responsables de la misión fueron capaces de
maniobrar a distancia la nave y situarla en órbita heliocéntrica alrededor del
asteroide mediante pequeñas igniciones propulsoras para estabilizar su
posición.
Al
carecer de cráteres y zonas llanas era muy difícil encontrar un buen lugar de
aterrizaje, pero a pesar de ello el 20 de noviembre de 2005 se posó sobre su
superficie durante media hora y el 25 de noviembre volvió a repetir la
operación en otro lugar y tomar muestras.
La
misión Hayabusa ha pasado prácticamente desapercibida para la opinión pública y
eso que fue la primera que consiguió traer a la Tierra unas muestras de un
asteroide, en concreto un kilo y medio de polvo y roca. Al analizarlos se ha
descubierto que la composición es muy diferente a la esperada, conteniendo
olivina, piroxeno, plagioclasa, ión sulfuro y otros minerales, con una
proporción y composición que no se corresponde a ningún tipo de roca de las que
se encuentran en nuestro planeta.
No
obstante, la mayor sorpresa ha llegado al descubrir un grano de polvo (ver
imagen superior) que muestra unas estructuras afiladas nunca antes vistas y que
actualmente están siendo estudiadas en un laboratorio del Centro Europeo de
Investigación y Tecnología Espacial de los Países Bajos; un sorprendente y
desconcertante ejemplo de polvo extraterrestre.
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