(AZprensa) Rescatando páginas de la historia de la
Medicina y la Farmacia en la España de hace más de un siglo, traemos hoy a
nuestras páginas un artículo publicado en el periódico
“El Eco de Daimiel”, titulado “Medicina y Farmacia”. En el mismo se reclamaba la regularización de estas profesiones y la defensa contra el intrusismo profesional (vamos, igual que ahora). Entre otras cosas, decía lo siguiente:
“Es de absoluta necesidad, que se modifique en gran
medida, nuestra organización administrativa. Y que no se dejen huérfanos en los
pueblos a quienes desempeñan cargos tan precisos, como los de medicina y
farmacia, y que dependen y se juzgan por los municipios en los que es
suficiente el capricho para fijar sueldos y designar a las familias, que
gratuitamente han de recibir la asistencia en cuya designación entran los
amigos, aunque no hagan sino votar, y tengan bienes y no se les exima de los
tributos; y esto en cuanto a las villas y ciudades donde en poco o en mucho, estén
medianamente atendidos estos servicios, pues en algunas localidades, si hay
médico, falta boticario, y hasta fondos para socorrer al enfermo solemnemente
pobre, lo que es contradictorio al sentido común, y por lo que se precisa una
ley o reglamento que regularice todo este asunto, en cuanto a la salud y la
beneficencia.
Pero este problema no acaba aquí, porque a fin de regular, son más los aspectos que las autoridades deben tener muy presentes. Basta decir que están abandonados a sí mismos y hasta con limitaciones, cuando los Ayuntamientos apenas vigilan y casi ni castigan a los curanderos y farsantes y a los que descaradamente, confeccionan y venden drogas con menoscabo de ciencia y perjuicio de la salud pública”.
Fuente.- Nº 281 de “El eco de Daimiel”, 12 de mayo de 1888.
Así eran la Medicina y la Farmacia hace casi dos siglos…
“Médico, periodista y poeta”: https://amzn.to/3bRZpfZ
“El Eco de Daimiel”, titulado “Medicina y Farmacia”. En el mismo se reclamaba la regularización de estas profesiones y la defensa contra el intrusismo profesional (vamos, igual que ahora). Entre otras cosas, decía lo siguiente:
Pero este problema no acaba aquí, porque a fin de regular, son más los aspectos que las autoridades deben tener muy presentes. Basta decir que están abandonados a sí mismos y hasta con limitaciones, cuando los Ayuntamientos apenas vigilan y casi ni castigan a los curanderos y farsantes y a los que descaradamente, confeccionan y venden drogas con menoscabo de ciencia y perjuicio de la salud pública”.
Fuente.- Nº 281 de “El eco de Daimiel”, 12 de mayo de 1888.
“Médico, periodista y poeta”: https://amzn.to/3bRZpfZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario