jueves, 27 de julio de 2023

Consejos a la población ante una pandemia

(AZprensa) Esto no viene de ahora, sino de hace más de un siglo. Los medios de comunicación pueden cumplir (cuando son independientes y no escriben al dictado de los poderes públicos) una importante labor educadora de la población.  En el año 1.895 se publicó en el diario “El eco de Daimiel” un artículo para educar a la población y alertar a los poderes públicos sobre las medidas que habían de adoptarse en casos de epidemia de cólera. Algunos extractos de dicho artículo son los siguientes:
 
“Aun cuando la epidemia del cólera ha desaparecido por fortuna casi del todo, publicamos a continuación un artículo sobre su profilaxis... las precauciones que hay que tomar para evitar la receptividad morbosa, resultan de perturbaciones digestivas, catarros gastrointestinales, etc., cuyo estudio pertenece a la higiene general y a la medicina.
Está demostrado que el contacto de un colérico si no se verifica con las partes ensuciadas de su cuerpo por los excrementos, no tiene ningún peligro y se puede respirar perfectamente su aliento. Se evitará únicamente mancharse las manos con deyecciones o vómitos. Los que tengan necesidad... de prestar sus cuidados, corren otros riesgos,  tocando los vasos... siempre y cuando no tengan los mayores cuidados de pureza para sí mismos que consisten en frecuentes abluciones con solución fenicada o la del sublimado y tomar la precaución de no llevar las manos a la boca, a los ojos, al bigote... Es inútil hacer fumigaciones desinfectantes... no existe miasma capaz de producir el cólera en el aire respirado.
... El suelo de la habitación y las camas serán frotados tantas veces sea posible con lienzos impregnados de solución fenicada. Cojines, almohadas y objetos voluminosos, serán desinfectados con estufa de vapor... ocho o nueve días sufriendo una desecación completa al aire seco; también pueden ser útiles fumigaciones con cloro, mezclando cloruro de calcio con ácido clorhídrico antes de someterlos al lavado con soluciones dichas.
La cuestión de la desinfección en letrinas y sumideros constituye uno de los problemas más difíciles de resolver, bajo el punto de vista de la profilaxis... Las malas condiciones de éstas dan lugar a filtraciones que diseminan los gérmenes hasta pozos vecinos... conducen hasta la capa superior de la tierra donde se conservan y multiplican. Así se explica... el contagio a través de aguas potables de los pozos y aljibes.
Es perfectamente inútil desde luego buscar desodorantes bajo el pretexto de combatir bajo ese pretexto los efluvios miasmáticos. Todo lo contrario, los hedores que se exhalan de los excusados resultan de fermentaciones muy perjudiciales a la vida de los microbios, cuya producción de gases, por lo tanto no se debe impedir... Echando sulfato de hierro para evitar dicho olor y con él las fermentaciones; lejos de destruir los microbios del cólera y hacer la desinfección, harán las materias más peligrosas... Será preciso no solo limpiar de todo germen colérico las deyecciones infectadas, sino también el suelo, las capas de tierra infiltradas, los sumideros a donde conducen, y las aguas de filtración que las reciben.
¡Imagínese que sacrificios pecuniarios tan cuantiosos y que cantidades de ácido fénico tan colosales se necesitarán para llegar a este resultado!
... Una palabra respecto a la desinfección de cadáveres, el solo peligro que presentan resulta de los líquidos intestinales que pueden derramar, pues sabemos que las bacterias de la descomposición en el vivo sustituyen en dos o tres días a los microbios del cólera ... En cuanto a la contaminación por cadáveres... no es tan peligrosa si se tienen en cuenta precauciones tomadas generalmente en el lugar de emplazamiento de los cementerios, alejado a la población y en el trasporte de los cadáveres al mismo. Una precaución conveniente para que los líquidos no se viertan durante este trasporte, consiste en rellenar las hendiduras de la madera con serrín amasado con ácido fénico al cinco por cien, con lo que se consigue además destruir a los gérmenes coléricos con que esta mezcla se ponga en contacto...”.
 
Curiosamente, tal como se aprecia en este artículo, y en contra de la opinión generalizada, los malos olores procedentes de las letrinas no eran perjudiciales sino beneficiosos, ya que procedían –según explicaba- de las fermentaciones que precisamente alteraban y destruían el germen causante del cólera, y que la costumbre existente de echar sulfato de hierro para paliar dichos olores lo que conseguía era ayudar a la propagación del cólera.
 

Así eran la Medicina y la Farmacia hace casi dos siglos…
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