domingo, 9 de julio de 2023

La pandemia ha tumbado los esfuerzos de una década en ayuda humanitaria

(AZprensa) Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.000 millones de personas necesitan acceso a una cobertura universal de salud, unas cifras que ponen en evidencia cómo la reciente pandemia ha tumbado los esfuerzos realizados en salud global en la última década. Hemos retrocedido al punto en el que nos encontrábamos hace 10 años y se han perdido muchos logros obtenidos en el control, por ejemplo, de malaria o tuberculosis. Además, muchos programas de acceso al sistema sanitario se han paralizado.
 
Los datos que reporta el último informe publicado por UNICEF son demoledores: 18 millones de niños no recibieron ni una sola vacuna en 2021, lo que supone un aumento del 36 % respecto a 2019 de niños que no han recibido ni una sola dosis, una cifra nunca vista desde 2005. Esto tiene devastadoras consecuencias en la salud infantil y global.
 
Y lo peor de todo es que estas cifras van en aumento debido a que el ser humano se está expandiendo hacia zonas donde antes no llegábamos y se producen contacto con animales y reservorios de enfermedades. Ahora estas emergencias son más graves, porque hay cada vez más movilidad, y más duraderas, porque en ocasiones se producen en áreas de conflicto donde es más difícil actuar.
 
Por eso los esfuerzos deben centrarse en prepararnos para dar respuesta a epidemias y emergencias de salud pública, pero también en fortalecer los sistemas de salud pública, especialmente la Atención Primaria, pero también las capacidades locales para que puedan gestionar su propia salud, es decir mejorar las capacidades de producción de vacunas, de medicamentos, de impulsar los recursos humanos, etc. Todo ello es clave para lograr una prevención eficaz.
 
 El Dr. Javier de la Torre, cirujano en el Hospital de Fuenlabrada (Madrid) considera que “debe haber más apoyo por parte de los gobiernos para fomentar la cooperación y que se implementen políticas que permitan a los médicos tener tiempo para cooperar sin tener que prescindir de sus vacaciones y su sueldo”.
 
En la misma línea, la Dra. Alina Ortega, coordinadora del programa Empleo en Cooperación del Colegio de Médicos de Madrid destaca que “es importante recordar que esta ayuda humanitaria no es siempre -ni debe serlo- altruista y vocacional, sino que también es el trabajo de muchos médicos. Es un perfil profesional con el que se puede vivir sin tener que hipotecar nuestra vida”.
 
Por su parte, el Dr. Eduardo Celades, médico cooperante en UNICEF con más de 15 años de experiencia en cooperación internacional, sostiene que también es necesaria una “formación específica porque, aunque una persona sea un excelente médico en España, necesita también conocer el contexto, la idiosincrasia y los tipos de problemas que se van a encontrar en otros países”.
 

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