Como empresa de investigación, fabricación y venta de
agroquímicos, los principales clientes de ICI-Zeltia (hoy se llama Syngenta)
eran los distribuidores, los cuales nos compraban grandes cantidades de
productos para luego venderlos a los agricultores, pero ambos, distribuidores y
agricultores, constituían nuestro público objetivo ya que sin demanda de los
agricultores pocos productos nuestros podrían vender los distribuidores.
Ser distribuidor de agroquímicos era un buen negocio y la
mayor parte de ellos solían tener un buen nivel económico haciendo gala de
coches de alta gama y frecuentes viajes por España e incluso por el extranjero.
Sin embargo entre los agricultores, y con la excepción de los grandes
terratenientes, su nivel económico y su conocimiento del mundo exterior era
mucho más modesto. Así pude comprobarlo en más de una ocasión…
Para fomentar las ventas de nuestro herbicida Gramoxone
(paraquat), hicimos una promoción en la cual se regalaba con cada litro
comprado una tarjeta sorpresa que había que rascar para descubrir si llevaba
algún premio. Como estábamos en vísperas de la Eurocopa, los premios estaban
relacionados con este acontecimiento deportivo: llaveros con el logo de la
Eurocopa y Gramoxone, balones de reglamento y… ¡100 viajes, para dos personas,
para presenciar la final de la Eurocopa en París!
Cuando planeamos esa promoción, a todos nos hubiera
gustado que ese partido final lo jugase España, sin embargo las cosas se habían
puesto muy feas en la fase de clasificación y sólo un milagro podría salvarla
en el último partido: ¡Marcar 11 goles a Malta! Nadie creía que esto pudiera
suceder y mucho menos cuando a poco de comenzar el partido Malta marcó un gol:
¡Ya no valía marcar 11 goles, había que marcar 12 goles! Y aunque la
superioridad de España era manifiesta, se llegó al descanso con una victoria
parcial de 3 a 1. Quedaban, pues, 45 minutos para marcar… ¡9 goles! Los que
hayan leído los libros de historia sabrán que aquél milagro se produjo y que
España marcó esos nueve goles que necesitaba, terminando el partido con una
victoria por 12 a 1 y el consiguiente pasaporte a la final. Parecía que el
haber ligado la promoción de Gramoxone a la Eurocopa nos había dado suerte.
Después llegaron los partidos de la fase final y –para
sorpresa de muchos- España fue ganando todos sus partidos; cierto es que con
muchos apuros, pero llegó a clasificarse como finalista. ¡Ni los más optimistas
habíamos soñado nunca con que ese partido de una final de la Eurocopa que
ofrecíamos como premio a nuestros clientes iba a tener a España como uno de los
contendientes!
No hay duda que la buena marcha de la selección española
ayudó a la promoción de Gramoxone y todos querían disfrutar de ese fin de
semana en París para ver la final. Un buen número de distribuidores fue
invitado a tal acontecimiento, y tanto ellos como varias personas de nuestra
empresa, haríamos de anfitriones de las 100 parejas de agricultores ganadores
de la promoción.
Se fletaron dos aviones y se llevó a los invitados a un
buen hotel de París. Una vez allí se les ofreció un recorrido turístico por la
ciudad, una excursión a Versalles, las correspondientes comidas y cenas y la
asistencia a la final. Precisamente para la excursión a Versalles los habíamos
citado a todos a las 10 de la mañana en el hall del hotel. A las 10 y cinco
minutos allí estaban todos… bueno, espera, falta alguien. “¿Sabe alguien dónde
está este matrimonio que nos falta?”, preguntamos. Nadie los había visto esa
mañana, así que uno de los comerciales fue a buscarlos a la habitación. ¿Sabéis
lo que se encontró? Allí estaban los dos, un matrimonio mayor, perfectamente
vestidos, sentados en la cama… ¡y con la cama hecha y la habitación arreglada!
Aquella era no sólo la primera vez que habían salido al extranjero sino también
la primera vez que había salido de viaje y pernoctado en un hotel. ¡No sabían
qué era eso de estar en un hotel y se creían que eran ellos quienes debían
hacer la cama y arreglar la habitación!
En fin, anécdotas aparte, España perdió esa final por 2 a
0 aunque ese segundo gol llegó al final por lo que la emoción se mantuvo hasta
el último instante. ¡Hubiera sido un broche perfecto a la promoción, pero lo
logrado y lo vivido también fue un magnífico final que siempre recordaremos
quienes tuvimos la fortuna de vivirlo!
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